Los coches eléctricos ya se han hecho su hueco en el mercado. Por el momento no es muy grande, pero de manera constante ganan cuota en prácticamente todos los rincones del mundo y despejan las dudas de aquellos conductores que todavía no sabían si dar el salto. A ello contribuye que la industria haya mejorado en dos de las áreas que más dudas generaban, la autonomía y la recarga.
Son dos elementos que, por desconocidos, crean preocupación en quien nunca ha utilizado un coche eléctrico, pero en los últimos años se ha conseguido que los vehículos de cero emisiones sean capaces de llegar cada vez más lejos y de reponer su energía cada vez más rápido. Sin embargo, respecto a lo segundo, Tyrone Johnson, jefe del nuevo centro de desarrollo europeo de Hyundai, cree que los compradores todavía esperan más.

Los mismos tiempos que en los coches de combustión
Ha hablado con AutoExpress del tema y tiene claro cual es la aspiración ideal que tiene quien se plantea la compra de un coche de baterías: “Los clientes esperan que llenar el depósito del coche lleve tres minutos, igual que con un motor de combustión interna. Quizás sea más una percepción que una realidad, pero les preocupa la autonomía y si de repente tendrán que recorrer 320 kilómetros. El objetivo es alcanzar la misma velocidad que los motores de combustión interna”, explica al medio.
Es un hecho que autonomía y recarga son dos de las áreas clave para que un conductor de un modelo de combustión de el salto a uno de cero emisiones. La ansiedad por autonomía es real, aunque en realidad pocas veces un usuario necesita más de 50 o 100 km para sus desplazamientos en el día, el comprador promedio necesita ver cifras mucho mayores para sentirse tranquilo. Es algo que a estas alturas ya está bastante superado, puesto que incluso modelos de acceso están por encima de los 200 km y en segmentos medios es habitual hablar de 400 km o más.
Recargas cada vez más rápidas
La velocidad de recarga es otro apartado clave, sobre todo cuando toca afrontar desplazamientos muy largos. Cualquier conductor está acostumbrado a parar en una estación de servicio y, si no es porque quiera hacer un descanso, rellenar el depósito de su automóvil en menos de 5 minutos para tener otra vez un margen de 500, 600 o más kilómetros.

Pasar a un ecosistema en el que, incluso con recargas rápidas hay que estar al menos 15 o 20 minutos para conseguir unos 300 km es algo a lo que hay que hacerse y que hay que aplicar a la manera que se tiene de viajar. Las velocidades de carga son cada vez mayores, pero en Europa, por el momento, el tope es el Porsche Taycan, con picos de carga a 320 kW. Consigue unos tiempos muy rápidos, pero por el momento no se terminan de equiparar a lo que se tarda en rellenar un depósito de gasolina o diésel.
Johnson es consciente de ello, pero también de que hay mucho margen de mejora en este campo: “La industria de los motores de combustión interna ha tenido más de 100 años para desarrollar algo tan simple como llenar el depósito de un coche, y aún así, en raras ocasiones, la boca de llenado no cabe. El desarrollo de los vehículos eléctricos supone un reto enorme y se espera que lo consigamos de inmediato. Denos un momento; funcionará, pero como industria, nos llevará tiempo”.
