En un escenario laboral dominado por la incertidumbre que genera el avance exponencial de la inteligencia artificial (IA), Jeff Bezos, fundador de Amazon y Blue Origin, ha aportado una nueva perspectiva sobre las profesiones que no serán sustituidas por ella. El futuro no pertenece a quienes saben operar las máquinas, sino a quienes tienen la capacidad intrínseca de crear e inventar lo que todavía no existe.
En su reciente intervención durante la Italian Tech Week 2025, el magnate estadounidense aseguró que existe un perfil profesional específico que la IA, por avanzada que sea, nunca podrá reemplazar: el inventor.
La innovación, brújula del sector de la movilidad
La reflexión de Bezos se centra en distinguir entre la automatización y la creatividad disruptiva. Mientras que la IA se muestra extraordinariamente competente para optimizar procesos, analizar ingentes cantidades de datos y automatizar tareas repetitivas (funcionalidades que ya están transformando miles de puestos de trabajo), la invención, la capacidad de concebir una solución completamente nueva a un problema, sigue siendo un rasgo inalienablemente humano.
"La inventiva es el fundamento de todo avance tecnológico y el verdadero motor del progreso", sostuvo el empresario. Según esta visión, el progreso de la humanidad no depende de los algoritmos que repiten patrones o mejoran lo ya conocido, sino de aquellas mentes curiosas y audaces que se atreven a explorar lo desconocido, a construir lo que hoy parece imposible y a fracasar repetidamente en el intento.
Este mensaje adquiere una resonancia particular en la industria de la automoción, y más concretamente en el nicho de los vehículos eléctricos y la movilidad sostenible, un sector que se define por la invención y el riesgo tecnológico. Las compañías que lideran la transición energética, desde los fabricantes de baterías hasta los desarrolladores de sistemas de conducción autónoma, no solo necesitan ingenieros competentes, sino inventores.
La carrera por la autonomía, la eficiencia de las celdas de batería de estado sólido o la optimización de las redes de carga no es una cuestión de simple optimización, una tarea que ya domina la IA, sino de invención radical. Se necesita gente capaz de imaginar una nueva química, una arquitectura de vehículo que redefina el espacio o un modelo de negocio que rompa con la tradición centenaria. Los ‘inventores’ son, en este contexto, quienes diseñan los cimientos de la próxima generación de vehículos.
Para Bezos, la inventiva no es un título académico, sino una actitud y una habilidad práctica que busca de manera activa en sus procesos de contratación. El fundador de Amazon reveló su fórmula personal para evaluar el potencial creativo de un candidato: "Cuando entrevisto, siempre les pido que me den un ejemplo concreto de algo que hayan inventado". No se trata solo de haber ideado un concepto, sino de haberlo puesto en práctica, enfrentando los obstáculos técnicos.
Esta filosofía hunde sus raíces en una vivencia personal que el empresario relató en Turín. Recordó cómo, durante un verano en el rancho de su abuelo en Texas, se vio obligado a reparar un bulldozer. Para extraer la pesada transmisión, y sin acceso a equipo especializado, tuvieron que "construir su propia grúa". Aquel episodio le enseñó el valor de la "creatividad práctica", la cualidad de resolver problemas complejos con ingenio y los recursos disponibles.
Esta mentalidad de experimentación y asunción de riesgos ha sido el motor de la cultura interna de Amazon. Quienes evitan probar caminos nuevos o se sienten incómodos con la posibilidad de un fracaso bien intencionado, “no permanecen mucho tiempo en la compañía”, según ha señalado en otras ocasiones el propio Bezos.
La advertencia del gurú tecnológico no es solo una previsión sobre el futuro laboral, sino también un reflejo de cómo la era de la IA está redefiniendo los valores empresariales. Cada vez más organizaciones priorizan la capacidad de adaptación, el pensamiento lateral y, sobre todo, la innovación, por encima de credenciales académicas o de largos años de experiencia lineal.
La IA automatizará, acelerará y mejorará innumerables tareas. Pero, tal como concluye Bezos, el liderazgo en la tecnología y la movilidad del futuro recaerá siempre en aquellos profesionales que, con una pizarra en blanco y una dosis de imaginación inagotable, sean capaces de inventar la solución de mañana para los desafíos que ni siquiera hemos descubierto hoy. El inventor, en esencia, se convierte en el bien más preciado en un mundo que avanza hacia la total automatización.