Porsche, hace no tanto tiempo, fue la joya de la corona del Grupo Volkswagen, ya que lograba ingresos y beneficios récords dentro del conglomerado. Sin embargo, en los últimos meses la cosa ha cambiado mucho para la marca. Tanto es así que en la última presentación de resultados, la cúpula de la misma ha confirmado una pérdida de beneficios de hasta el 95,7%.
Ahora, Oliver Blume, el CEO del Grupo Volkswagen y ex CEO de Porsche, ha dado unas pequeñas pinceladas al medio alemán Bild Am Sonntag, donde ha dejado claro que la estrategia de Porsche debe cambiar de cara a los próximos años y volver a lograr la ansiada rentabilidad. Con este propósito, la compañía ha comenzado a desarrollar nuevos vehículos híbridos y de gasolina, como el futuro SUV que lanzará como alternativa al actual Macan eléctrico.

Oliver Blume, ex CEO de Porsche, cree que el camino para Porsche será tortuoso
“Actualmente, Porsche se encuentra en una gran crisis. Sin embargo, este año se han realizado inversiones masivas en nuevos motores de combustión, híbridos y eléctricos para crear una posición sólida de cara al futuro”, apuntó Blume. Pese a esta enorme piedra en el camino, el ex CEO se muestra aparentemente optimista con el futuro de la marca: “A partir del año que viene habrá una tendencia claramente positiva”.
Oliver Blume, aunque ya ha sido oficialmente sustituido por Michael Leiters como CEO de Porsche, mantendrá su puesto hasta comienzos del 2026, cuando se efectúe oficialmente el cambio. Sin embargo, el nuevo directivo no sólo se enfrentará a la crisis dentro de la compañía, sino también a un problema de suministro de chips, el cual afecta de lleno al Grupo Volkswagen.
“La actual crisis de chips demuestra la fragilidad de nuestro mundo. A diferencia de la última crisis de semiconductores, esta afecta a chips muy simples que se utilizan en diversas industrias, principalmente en automóviles. En el Grupo Volkswagen contamos con un suministros a corto plazo. Necesitamos una solución política rápida”, aseguró Oliver Blume en su intervención.

Pese a ello, actualmente la mayor preocupación dentro del Grupo Volkswagen es volver a posicionar a Porsche “en una sólida rentabilidad a largo plazo”, tal y como apunta Blume. Esto supondrá lanzar nuevos modelos y ajustar otros que, hasta ahora, apuntaban a ser plenamente eléctricos, como los ya conocidos 718 Boxster y Cayman. “No obstante, la gama actual de modelos totalmente eléctricos se desarrollará como está planeado”.
Los cambios no sólo llegará a los 718, sino también en nuevos modelos, como el gran SUV posicionado por encima del Cayenne eléctrico, el cual podría cambiar su destino para ser un modelo con sistema híbrido. “Para 2026, nuestro objetivo es perfeccionar nuestra marca y hacer que nuestros productos sean aún más individuales, exclusivos y atractivos. Para ello construiremos una base sólida, con clientes fieles y una cartera de productos renovada para una de las marcas más icónicas del mundo”, concluyó Blume.
En lo que va de año (de enero a septiembre) Porsche ha entregado un total de 212.509 vehículos en todo el mundo. De ese total, los coches eléctricos supusieron una cuota del 23,1%, mientras que los híbridos enchufables hicieron lo propio con el 12,1%.