Tesla es mundialmente conocida por haber transformado la industria del automóvil. Desde el lanzamiento del primer Model S hasta la presentación del más moderno Model Y, Tesla ha demostrado que la movilidad eléctrica no sólo es posible, sino real. Sus coches se contabilizan por millones y siempre han sido la gran referencia, los grandes rivales a batir. Aunque Tesla ya ha perdido la privilegiada posición que hasta ahora había ocupado, BYD ya es el mayor fabricante de coches eléctricos del mundo, su importancia sigue siendo vital, pero Elon Musk tiene otros planes para la compañía.
El magnate americano cree que ya no tiene mucho más que aportar al mercado eléctrico, así que ha decidido enfocarse en otros mundos, más concretamente en la tecnología. Musk cree que el siguiente paso de Tesla debe centrarse en aspectos más tecnológicos como la conducción autónoma. Han puesto mucha atención en ese área. Recientemente, han empezado a circular los primeros coches autónomos de Tesla por las calles de Austin. Los ya conocidos Robotaxis. Por el momento están en fase de aprendizaje, pero Musk espera que para finales del año que viene haya un millón circulando por todo Estados Unidos.

Tesla depende completamente de otras empresas para su tecnología
La tecnología necesaria para crear los Robotaxis se enfrenta ahora a un grave contratiempo. En 2021, Tesla presentó en sociedad su proyecto tecnológico más ambicioso, el Proyecto Dojo. En lugar de comprar todo el hardware informático a proveedores externos, Musk quiso impulsar la creación del séptimo ordenador más potente del mundo. Un súper cerebro electrónico que ayudase a sus ingenieros a crear las herramientas necesarias para una nueva generación de productos basados en la IA, desde los Robotaxis hasta los robots humanoides Optimus.
Tal y como informa ahora Reuters, Tesla ha desconectado su súper ordenador. El proyecto Dojo ha acabado en las sombras y pone contra las cuerdas la estrategia de Musk para convertir a Tesla en un gigante tecnológico. Ahora, su tecnología dependerá un poco más de empresas rivales como Nvidia o AMD. Hace ya tiempo, el propio Elon Musk describió la empresa como una "apuesta arriesgada", pero que "vale la pena porque la recompensa es potencialmente muy alta". Durante este tiempo la empresa ha reconocido oficialmente haber recorrido un “doble camino” utilizando su ordenador Dojo como las GPU de alto rendimiento de Nvidia para entrenar sus sistemas. Ahora esa dependencia es total.

Aunque no lo parezca, construir uno de los ordenadores más potentes del mundo está al alcance de muy pocas empresas en el mundo. El reto es inmenso, demasiado complejo para Tesla como parece ser el caso. El cierre ha obligado a realizar cambios en la estructura de la compañía. Peter Bannon, el responsable del proyecto ha dejado Tesla. Unos 20 miembros del equipo han seguido sus pasos para unirse a DensityAI, una start-up fundada por antiguos ejecutivos de Tesla curtidos en las áreas de tecnología e Inteligencia Artificial. Se estima que el proyecto podría haber absorbido más de 10.000 millones de dólares.