Los avances en inteligencia artificial y los robots automatizados están llegando a un nivel de evolución suficiente como para que los fabricantes de coches empiecen a pensar (e incluso a operar) en plantas en las que la mayoría de las tareas están realizadas por máquinas.
La presencia humana queda relegada a supervisar que los robots hagan su trabajo de la manera correcta y a actuar en caso de que sea necesario algún ajuste puntual. Lo deja claro una de las últimas publicaciones de Tesla, en la que indican que la renovación de las instalaciones de Shanghái permite que el 95% del trabajo se automatice.
Giga Shanghai operates a 95% automated production line, enabling a cycle time of less than 40 seconds!
— Tesla Manufacturing (@gigafactories) January 5, 2024
From taking 2.5 years for the first million cars to be produced, the second million was done in just 12 months 🚘🪄 pic.twitter.com/IF1w27AFPr
Quedan mejoras por integrar en la planta, también alguna que otra ampliación de la misma, que irán llegando en los primeros meses de este año. Su reto para mediados de 2024, haber lanzado la primera tirada en masa del renovado Tesla Model Y, del que ya se conocen algunos detalles.
La factoría asiática maximiza la eficiencia en las tareas de construcción de manera que cada 40 segundos sale un coche eléctrico completo de su línea de ensamblaje final. De hecho, sorprende que en el vídeo la presencia humana es escasa, aunque todavía hay tareas que sólo puede hacer una persona.
Los fabricantes tienen máquinas capaces de atornillar las piezas del automóvil con la presión exacta, así como colocar todos y cada unos de los cristales del mismo. Hay vehículos autónomos encargados de distribuir los componentes por toda la planta y las largas líneas de montaje dan paso a zonas específicas en las que la inteligencia artificial es capaz de montar un automóvil prácticamente al completo, cambiando incluso de un modelo a otro sin que sean necesarias modificaciones que retrasen las tareas. Es más, la IA puede recalibrar algunas acciones, tras recopilar la experiencia en procesos anteriores.
Ocurre en fábricas como las de NIO, que confía reducir el 50% de la plantilla de sus instalaciones para 2027. De momento, ha prescindido del 10% de los trabajadores y también quiere hacer lo propio con los puestos directivos, que quiere rebajar a la mitad ya en 2025. Entienden que no los necesitan, porque pueden confiar el 80% de las decisiones a la inteligencia artificial, según apuntan desde la compañía.
Hyundai tampoco es ajena a esta nueva forma de trabajar, pues ya prueba en su fábrica en Singapur una serie de procesos que permiten la fabricación de 30.000 coches anuales con una plantilla humana de tan sólo 100 personas.
Dejar a la personas en un segundo plano, no tiene otra sentido más allá del ahorro de costes y la maximización del beneficio. Los expertos hablan de un margen de beneficio entre seis y ocho veces mayor en la venta por cada vehículo de Tesla, en comparación con uno de Toyota. Otro ejemplo es que el ensamblaje de un Tesla Model Y se lleva a cabo en diez horas, cuando un Volkswagen ID.3 necesita al menos 30.

La tradición se enfrenta a una nueva revolución industrial, en la que la guerra de precios lleva a los fabricantes a minimizar los gastos en la medida de lo posible. La tendencia será apostar por plantas más pequeñas, que dejarán de lado esas cadenas de montaje enormes como la que Tesla tiene en Texas.
Y otra cosa importante a tener en cuenta, y que no debemos pasar por alto, es que hay gigantes automovilísticos que empiezan a construir piezas de manera interna que hasta no hace mucho encargaban a proveedores como Bosch o Continental. Esta decisión, que ganó fuerza con la escasez de suministros que arrastra la industria desde la pandemia global, también está dando lugar a que se pierdan puestos de empleo en estas empresas encargadas de piezas concretas, pues la demanda por parte de las marcas cada vez es menor.