El Renault Mégane eléctrico, que acaba de ser actualizado, ha sido el coche elegido por la empresa francesa Total Energies para contar con una tecnología revolucionaria de refrigeración de baterías para coches eléctricos.
Y aunque sí se trata de una tecnología revolucionaria, dado que permite duplicar la velocidad de recarga y aumentar la autonomía de un coche eléctrico, no es completamente desconocida. No en vano, Total Energies lleva trabajando en ella desde 2022, cuando ya la aplicó con éxito a un vehículo híbrido enchufable: concretamente, a un Volvo XC90 Recharge.

Esta tecnología, ¿cómo duplica la velocidad de recarga y aumenta la autonomía?
Esta tecnología revolucionaria no es otra que la de refrigerar la batería de un coche eléctrico -o híbrido enchufable- mediante su inmersión en un líquido, concretamente un fluido con base acuosa desarrollado por la empresa fracesa Total Energies y denominado “Cell-Shield”.
Este fluido “Cell-Shield” es necesariamente dieléctrico; esto es, que no conduce la electricidad. Puesto que, al estar en contacto directo con las celdas de la batería, de no serlo podría causar daños en las mismas.
Así, la empresa francesa ha desarrollado una tecnología que, sin necesidad de modificar la tipología de las baterías ya existentes y siempre que estén inmersas en este líquido, hace que las baterías se refrigeren mejor y más rápido, lo que por un lado aumenta la autonomía de los coches eléctrico hasta en un 6%.

Y, por otro, y esto es quizá lo más importante, una batería con esta tecnología revolucionaria es capaz de mantenerse siemprea a una menor temperatura. Y por eso, también es capaz de reducir sus tiempos de carga a la mitad o duplicar su velocidad de recarga.
Esto supone, según los datos facilitados por la empresa, que la batería del Renault Mégane, que recargaba del 15 al 80% en 36 minutos, podría pasar a hacerlo en 18 minutos. Un avance con consecuencias para la velocidad de recarga tan importantes como el pasar de una arquitectura de 400 V a una de 800 V.
La empresa francesa ha señalado que esta tecnología “demuestra su potencial a gran escala” dado que han conseguido implantarla en un coche de producción”, pero no señalan cuando podría aplicarse a la producción de coches eléctricos a gran escala ni el coste exacto que supondría en la fabricación de una batería.