Toyota decidió atravesar medio planeta para conservar una de sus joyas industriales más valiosas: una prensa mecánica Komatsu de 700 toneladas que lleva en funcionamiento desde 1934 y que ha fabricado piezas en tres continentes. Tras el cierre de su planta de São Bernardo do Campo, en Brasil, la compañía japonesa optó por trasladarla de nuevo a Japón, donde seguirá produciendo recambios y formando a nuevas generaciones de operarios.
Una máquina más antigua que Toyota Motor Corporation
La historia de esta prensa comienza incluso antes de que Toyota existiera como fabricante de automóviles. Fue adquirida en 1934 por Toyoda Automatic Loom Works, la empresa textil de la familia Toyoda que sentó las bases del futuro gigante automovilístico. Tres años después, en 1937, nacería Toyota Motor Corporation, pero la prensa ya estaba en activo en la planta de Koromo (hoy conocida como Honsha, en Aichi).

Su longevidad resulta asombrosa en un sector marcado por la obsolescencia tecnológica. A diferencia de las gigantescas prensas modernas que hoy utilizan Tesla o Idra, diseñadas para producir piezas de chasis de una sola pieza, esta Komatsu ha sobrevivido casi un siglo de evolución industrial.
El salto a Brasil y el nacimiento del Toyota Bandeirante
En 1962, Toyota inauguró su primera fábrica fuera de Japón, en São Bernardo do Campo, Brasil. Para arrancar la producción del Toyota Bandeirante (la versión local del Land Cruiser) decidió trasladar la prensa hasta Sudamérica. La máquina se convirtió en el corazón de aquella planta, fabricando componentes durante casi 40 años del icónico todoterreno que atrajo a miles de brasileños.

Cuando el Bandeirante dejó de producirse en 2001, la prensa siguió trabajando en la elaboración de piezas para modelos globales como el Toyota Corolla o la Toyota Hilux. Incluso en pleno siglo XXI, la Komatsu mantenía su fiabilidad intacta.
Cierre de la planta y regreso a Japón
La decisión de Toyota de cerrar la planta de São Bernardo en 2023, tras más de 60 años de actividad, obligó a reorganizar su producción brasileña en otras tres fábricas del país. Sin embargo, la prensa Komatsu no se retiró: la compañía decidió repatriarla a Japón y reinstalarla en el mismo lugar que ocupó hace seis décadas en la planta de Honsha.

Allí seguirá fabricando recambios y, además, servirá como herramienta pedagógica para formar a técnicos en mantenimiento de troqueles y procesos de estampación. Toyota denomina esta estrategia “conservación funcional”, un concepto que combina preservación histórica con utilidad productiva.
Más que una máquina: símbolo de la filosofía Toyota
Según Masahiro Inoue, CEO de Toyota para Latinoamérica y el Caribe, la adquisición de esta prensa antes de la Segunda Guerra Mundial fue posible gracias a la venta de patentes textiles al Reino Unido, dinero que también sirvió para fundar la división automovilística. Ese detalle subraya su relevancia como pilar fundacional de la compañía.

Akio Toyoda, presidente de Toyota, apoyó la decisión de conservarla en activo, convencido de que su valor histórico y técnico trasciende lo industrial. En un momento en el que la industria automovilística apuesta por la digitalización, la electrificación y las megaprensas modernas, la historia de esta Komatsu de 700 toneladas demuestra que la ingeniería duradera sigue siendo un activo estratégico.
Con casi 90 años de servicio continuo, esta máquina es testimonio de que Toyota no solo fabrica coches: también cultiva una cultura industrial donde la innovación convive con la tradición.