Uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el desarrollo de los coches eléctricos es el relacionado con el reciclaje y proceso de eliminación de las baterías. Debido a la presencia de componentes químicos, se requiere un tratamiento especial en desguaces y otros centros de eliminación, pero lo cierto es que estos componentes podrían tener una segunda oportunidad en el mercado energético. Las empresas que están comenzando a almacenar energía eléctrica en conjuntos de baterías usados no parará de crecer en los próximos años.
Las claves para saber si una batería no está apta para el consumo en la automoción nos lo marca la potencia y la autonomía disponible. Si un automóvil ha perdido una buena parte de los kilómetros a realizar por cada ciclo de carga o no puede ofrecer las mismas sensaciones de aceleración que antes, son claros síntomas de que ha perdido las propiedades necesarias para rendir con eficacia en los desplazamientos. Es aquí, en este preciso momento, cuando las compañías energéticas pueden sacar partido a esta situación.
La baterías de coches eléctricos tendrán una segunda vida comercial sirviendo como almacenamiento
En el sector energético, las baterías usadas puede tener un gran rendimiento y utilidad en los próximos años. El funcionamiento es muy sencillo, ya que únicamente se encargan de almacenar la electricidad generada por los paneles solares. En este caso, se consigue mantener una gran eficiencia, pudiendo permitir a las empresas de esta industria ser todavía más competitivas que aquellas especializadas en energías no renovables. De hecho, los conjuntos de unidades de viejos coches eléctricos pueden generar muchos beneficios para estas compañías.
La clave para entender esto último formulado nos lo muestra la Ley de la oferta y la demanda, ya que las baterías permiten contar con energía disponible en cualquier momento. La clave está en obtener esta electricidad y almacenarla con el objetivo de comercializarla en la red eléctrica cundo su precio sea más alto. Se trata de una alternativa que ya están llevando a cabo empresas como B2U, con sede en California, Estados Unidos. En este caso en particular, se están usando viejas baterías de los Nissan LEAF y Honda Clarity.
Algunos de los elementos principales de las baterías eléctricas requieren de un tratamiento especial para poder volver a estar presentes en nuevas baterías, por lo que el coste se dispara. Esta nueva utilidad puede extender el plazo de uso de un conjunto más allá de la vida útil del automóvil. Teniendo en cuenta el increíble desarrollo que está habiendo en la industria de las energías renovables, parece que la utilidad de las baterías usadas seguirá creciendo en el futuro.
Freeman Hall, el Director Ejecutivo de B2U, fue uno de los primeros en ver este potencial uso tras comprobar cómo hasta el 70% de las baterías utilizadas en automóviles eléctricos de primera generación tenía un gran valor residual en el plano energético. Se espera que a lo largo de los próximos años se incremente la participación de más baterías procedentes de automóviles con cientos de miles de kilómetros en el almacenamiento de electricidad.
