Un equipo de científicos de la Universidad Politécnica de Valencia ha documentó la mayor fuga de metano registrada oficialmente a nivel mundial. El accidente se produjo en el yacimiento petrolífero Karaturum East, en Kazajistán, y tuvo un impacto ambiental sin precedentes debido a la magnitud y duración del escape.
La fuga, que comenzó el 9 de junio de 2023, estuvo activa durante 205 días y provocó un incendio con llamas de hasta 10 metros de altura. Además, se registraron varias explosiones que abrieron un cráter de 15 metros de diámetro. El flujo de gas no se logró detener hasta el 25 de diciembre de ese mismo año, tras inyectarse miles de toneladas de agua para contener la emergencia.
Una contaminación sin precedentes

Durante ese periodo, se liberaron a la atmósfera unas 131.000 toneladas de metano, uno de los gases de efecto invernadero más potentes y dañinos. Según los expertos, este accidente supera en escala a otros incidentes similares registrados en Aliso Canyon (California), Ohio y Luisiana en la última década.
El estudio, publicado hace un año, estuvo liderado por el Grupo LARS del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Valencia, bajo la coordinación del investigador Luis Guanter. Para su análisis, el equipo recurrió a datos obtenidos mediante satélites como PRISMA, TROPOMI, EnMAP, EMIT, Sentinel-2, Landsat y GHGSat, herramientas fundamentales para monitorizar sucesos en regiones remotas como Asia Central.

En la investigación participaron también los científicos Javier Roger, Adriana Valverde, Itziar Irakulis y Javiera Gorroño, quienes implementaron nuevas metodologías para el procesamiento de imágenes hiperespectrales. Estas técnicas permitieron identificar con mayor precisión las columnas de metano liberadas y cuantificar su volumen.
El hallazgo subraya la necesidad urgente de reforzar los sistemas de monitoreo y control en explotaciones de hidrocarburos, especialmente en actividades relacionadas con la extracción de gas natural, compuesto en un 90% por metano. “Este tipo de emisiones no solo representan un grave peligro ambiental, sino que también contribuyen de forma significativa al calentamiento global”, explican los autores del estudio.
De hecho, el metano es responsable de aproximadamente un tercio del calentamiento global actual, y su impacto puede ser hasta 80 veces más potente que el dióxido de carbono a corto plazo. Por ello, los investigadores insisten en la importancia de actuar con rapidez para prevenir y mitigar futuras fugas de esta magnitud.