Varios estudios demuestran que los coches eléctricos pasan menos por el taller que los coches térmicos. Aunque siempre hay marcas más o menos fiables, y Tesla no es una de ellas.
Sin embargo, la experiencia en el taller de un propietario de un Hyundai IONIQ 5, alabado por una prestigiosa marca de deportivos; ha hecho saltar las alarmas a los propietarios de un coche eléctrico. ¿El motivo? Una factura de 11.882 dólares, o lo que es lo mismo, 10.200 euros al cambio… de los que el seguro no se hizo cargo.
10.200 € de factura por culpa de una botella de agua que se derramó
Este caso ocurrió en el estado de Florida, cuando Mike McCormick, el propietario de un Hyundai IONIQ 5 -que en 2024 logró un singular record Guinness-, circulaba por la autopista interestatal 4. Debido al tráfico, tuvo que pegar un frenado y la botella de agua -mal cerrada- que llevaba en su interior salió despedida, de forma que cayó sobre el piso del vehículo y su contenido empezó a derramarse por la tapicería.
Bueno, nada fuera de lo habitual, y algo que en un coche térmico -y en la inmensa mayoría de coches eléctricos-, se habría solventado pasando un trapo. Pero la mala suerte quiso que el agua se fuera filtrando por la tapicería del Hyundai y, lo que es peor; por debajo de los asientos. Y ahí comenzaron los problemas.
Pocos minutos después, y sin más aviso, se encendieron varios testigos de advertencia en el cuadro de instrumentos del coche, e incluso los intermitentes dejaron de funcionar.
El agua había afectado al cableado y la situación no mejoró cuando Mike llegó a casa, ya que su Hyundai eléctrico se negaba a apagarse.

Tuvo que llamar a una grúa para llevar su coche al taller y el mecánico le confirmó el peor diagnóstico posible: el agua de la botella había afectado al cableado, por lo que fue necesario cambiarlo en su totalidad. ¿La factura? Por valor de los citados 10.200 euros.
Ni su seguro ni Hyundai se hicieron cargo de la factura
Una cantidad que, lógicamente el dueño de este Hyundai reclamó a su seguro… e incluso a la marca coreana. Pero su compañía aseguradora se lavó las manos alegando el daño provino de la “corrosión progresiva del cableado” y que no lo causó el agua vertida.
Y, en cuanto a Hyundai, la marca se negó a cubrir los daños dentro de la garantía del vehículo indicando que había intervenido “un factor externo” y que estos no se debían a un fallo del IONIQ 5. Finalmente, Mike tuvo que abonar la factura de 10.200 euros de su propio bolsillo… y todo por muy mala suerte.

