Paralelamente a la evolución del mercado hacia la venta de coches eléctricos, surgen otras actividades que desarrollarán negocios de miles de millones de euros y que todavía están por repartir. Es el caso de la recarga pública. Con 100 millones de vehículos eléctricos circulando por el mundo en 2030, la infraestructura de recarga supondrá durante esta década una gran oportunidad de negocio para pequeños inversores y grandes empresas.
En 2020, un estudio de mercado realizado por IDTechEx revelaba que el valor de este mercado alcanzaría un valor de casi 40.000 millones de euros en 10 años. La infraestructura de recarga dedicada a los vehículos eléctricos de flota, como los camiones y los autobuses, que sólo representará un 5% del total, supondrá un 30% del volumen de este mercado.
La batalla por estar a la cabeza del mercado de la infraestructura de recarga
Por muchos kilómetros que un vehículo eléctrico pueda recorrer y por muy grande que sea su batería, la disponibilidad de una infraestructura de carga rápida es un factor clave para garantizar una correcta experiencia de conducción. El despliegue de la red de recarga es esencial para la adopción definitiva de los vehículos eléctricos por parte del mercado y para un desarrollo sostenible de una nueva industria del automóvil.
Las empresas presentes en el negocio de la recarga de vehículos eléctricos en Europa y Estados Unidos han empezado a competir por los lugares estratégicos para la instalación de los cargadores rápidos de carácter público. Muchas de ellas cuentan con el respaldo de inversores a largo plazo y se prevé la entrada de nuevos actores. Las inminentes prohibiciones de los vehículos propulsados por combustibles fósiles en varios países han vuelto más atractivo este sector.
Tomi Ristimaki, CEO del fabricante finlandés de cargadores para vehículos eléctricos Kempower, señaló que entre sus clientes, actualmente, se está llevando a cabo un juego similar a un "acaparamiento de tierras". Ristimaki expresó que aquellos que logren asegurar las mejores ubicaciones ahora podrán garantizar sus beneficios en los próximos años. Una estación de carga correctamente ubicada puede tardar cuatro años en ser rentable, cuando su tasa de uso alcanza alrededor del 15%.
Según Reuters, en todo el mundo operan más de 900 empresas de recarga, lo que supone un mercado de más de 12.000 millones de dólares en financiación de capital de riesgo desde 2012. Con la entrada de grandes inversores, Michael Hughes, director comercial y de ingresos de ChargePoint, uno de los principales proveedores de equipos y software de carga de vehículos eléctricos, prevé que el panorama de la carga rápida cambiará significativamente.
Desde 2017, la industria de carga de vehículos eléctricos ha experimentado 85 adquisiciones. Empresas como el Grupo Volkswagen, BP y E.ON han realizado inversiones significativas en este sector. La creciente competencia y el respaldo de los inversores sugieren un futuro muy dinámico para la infraestructura de carga de vehículos eléctricos.
En Europa, las empresas señalan que la burocracia está obstaculizando su expansión. A pesar de este inconveniente, este sector sigue siendo considerado como una apuesta sólida por inversores en infraestructura a largo plazo, como Infracapital, propietario de la empresa noruega Recharge y que ha invertido en la británica Gridserve. "Con las ubicaciones adecuadas, las inversiones a largo plazo en empresas de carga tienen absoluto sentido", afirmó Christophe Bordes, director general de Infracapital.
En el mercado estadounidense, Tesla destaca en el ámbito de la carga de vehículos eléctricos. No obstante, se espera que nuevos actores se unan a la competencia. Las proyecciones indican que se duplicará el número de redes de carga rápida en Estados Unidos, pasando de 25 en 2022 a 54 en 2030. Así lo afirma Loren McDonald, director ejecutivo de la firma de investigación EVAdoption, una consultora con sede en San Francisco.
Según Hughes, el sector empezará a mirar más allá y buscará la creación de megainstalaciones con 20 ó 30 puntos de carga rápida, rodeados de otros negocios de servicios de minoristas. La competencia por hacerse con las mejores ubicaciones se está intensificando. “Hay una carrera por el espacio", afirma el directivo, "pero llevará tiempo encontrar, construir y habilitar estos nuevos sitios para la próxima generación de carga rápida".
El ejemplo del ‘laboratorio’ noruego
Noruega siempre se ha considerado un ejemplo en el presente de lo que ocurrirá en muchos países en el futuro. Muchas empresas se han apresurado para construir estaciones de carga, experimentando este año un "despliegue excesivo" a corto plazo, asegura el director ejecutivo de Recharge, Hakon Vist, que tiene alrededor del 20% de la cuota de mercado en Noruega, justo detrás de Tesla
En total, se agregaron 2.000 nuevos puntos de carga, alcanzando un total de 7.200. Sin embargo, las ventas de vehículos eléctricos cayeron un 2,7%, considerando los datos acumulados hasta octubre de este año. "Algunas empresas encontrarán que son demasiado pequeñas para satisfacer las necesidades de los clientes y se marcharán y venderán sus activos", afirmó Vist.
