Los aranceles de Trump siguen en marcha, pero un nuevo cambio se lo pone algo más fácil a los fabricantes

El Presidente de Estados Unidos ha acordado no gravar con impuestos dobles a los automóviles y a las piezas que los conforman.

Trump abre la puerta a posibles negociaciones, pero no ha cambiado de opinión.
Trump ha llegado a un acuerdo con la industria del motor.
30/04/2025 07:30
Actualizado a 30/04/2025 07:30

Los aranceles de Donald Trump a los productos importados en los Estados Unidos tienen en jaque a la mayoría de los sectores económicos del mundo y la industria de la automoción no es una excepción. Cualquier coche que no se produzca dentro de sus fronteras estará lastrado con un impuesto del 25%, a lo que además habrá que sumar otro 25% a todas sus partes que sean importadas. Sin embargo, el gobierno estadounidense acaba de anunciar una medida que concederá un respiro a las marcas de coches.

Según se ha hecho eco The Wall Street Journal, se ha tomado la decisión de que las empresas que pagan los aranceles a los automóviles de Trump no tengan que pagar también otros gravámenes, algo que, de lo contrario, hubiera lastrado de manera doble a la industria.

Trump tiene claro que no dará ningún tipo de ventaja o prioridad al vehículo eléctrico.
Trump tiene claro que no dará ningún tipo de ventaja o prioridad al vehículo eléctrico.

Qué cambios va haber

Lo primero es empezar por los aspectos que no van a cambiar. Todos los coches importados van a seguir estando lastrados por un arancel del 25%. Además, también va a aplicarse otra tarifa del 25% a las piezas de coches que no se hayan fabricado en Estados Unidos, impuesto que empezará a aplicarse a partir del 3 de mayo.

Entonces, ¿qué es lo que cambia? La nueva normativa va a ponérselo algo más fácil a los fabricantes de automóviles porque va a impedir que estos aranceles se sumen unos a otros.

De esta manera, el sector no se verá afectado de sobremanera, puesto que se evitará que se acumulen aranceles múltiples, como los que podrían haberse dado en materias primas imprescindibles como el acero y el aluminio.

No solo eso, el mandato fija que, además, durante un año, en los aranceles a las piezas de automóvil se proporcionará un reembolso de hasta el 3,75 %. Durante el siguiente año seguirá existiendo, pero reducido hasta un 2,5 %, para eliminarse de manera gradual al cabo de los dos años.

La idea tras este enfoque es conceder tiempo para que los fabricantes de automóviles que tienen planeado trasladar la mayor parte de su producción a los EE.UU. puedan hacerlo, puesto que no es sencillo ni rápido cambiar de proveedores o establecer sus propias plantas de producción.

La opinión de los grandes fabricantes

El movimiento del ejecutivo de Trump es una repuesta a la petición llevada a cabo la semana pasada por una alianza de seis de los principales grupos políticos de la industria automotriz, quienes presionaron a la administración Trump contra la implementación de los próximos aranceles en las piezas para automóviles.

En la carta pública, expresaban: “El presidente Trump ha mostrado su disposición a reconsiderar los aranceles del 25% impuestos por la administración a las piezas de automóviles importadas, similares a la reducción arancelaria aprobada recientemente para la electrónica de consumo y los semiconductores. Esto sería un avance positivo y un alivio bienvenido”.

Howard Lutnick, Secretario de Comercio, ha hablado con The Wall Street Journal para declarar lo siguiente: “El presidente Trump está forjando una importante alianza tanto con los fabricantes de automóviles nacionales como con nuestros trabajadores estadounidenses. Este acuerdo representará una gran victoria para la política comercial del presidente, ya que recompensará a las empresas que ya fabrican en el país y brindará una vía de escape a los fabricantes que han expresado su compromiso de invertir en Estados Unidos y expandir la fabricación nacional”.

Es por eso que, una vez realizado el anuncio, las reacciones no se han hecho esperar, con declaraciones de tres de los mayores representantes del mundo del motor en Estados Unidos: Stellantis, Ford y General Motors.

John Elkann, presidente de Stellantis, ha declarado a la CNBC: “Stellantis valora las medidas de alivio arancelario decididas por el presidente Trump. Mientras evaluamos el impacto de las políticas arancelarias en nuestras operaciones en Norteamérica, esperamos seguir colaborando con el gobierno estadounidense para fortalecer una industria automotriz estadounidense competitiva y estimular las exportaciones”.

Por su parte, Mary Barra, directora ejecutiva de General Motors, habría expresado: “Agradecemos al presidente Trump su apoyo a la industria automotriz estadounidense y a los millones de estadounidenses que dependen de nosotros. Agradecemos las productivas conversaciones con el presidente y su administración y esperamos seguir trabajando juntos”.

Según recoge Carscoops, Jim Farley, director ejecutivo de Ford, habría comunicado: “Ford celebra y valora estas decisiones del presidente Trump, que ayudarán a mitigar el impacto de los aranceles en fabricantes de automóviles, proveedores y consumidores. Seguiremos colaborando estrechamente con la administración para apoyar la visión del presidente de una industria automotriz próspera y en crecimiento en Estados Unidos. Ford considera esenciales las políticas que fomentan las exportaciones y garantizan cadenas de suministro asequibles para promover un mayor crecimiento nacional”.

La manifestación de estos tres no es casual, puesto que son considerados como ‘Los 3 de Detroit’ y serían los fabricantes nacionales más afectados por los nuevos aranceles, ya que cuenta con una red de proveedores de más de 1.000 empresas.