Los coches eléctricos parecen haber ganado la batalla de los nuevos formatos de movilidad. Durante años se ha estado especulando con posibles alternativas a los tradicionales motores de combustión. Coches eléctricos, combustibles alternativos e hidrógeno han competido entre sí por declararse la tecnología más prometedora y revolucionaria. Está claro que la electrificación ya forma parte de nuestras vidas, pero todavía hay marcas que se resisten a renunciar a otros formatos. BMW es una de ellas. Los alemanes, con su tradicional cabezonería, ya trabajan en preparar sus fábricas de cara al año 2028.
Hay tres marcas diferentes que siguen apoyando al hidrógeno como combustible alternativo perfecto. Una es Hyundai. Los coreanos han confirmado que siguen en la brecha con una nueva generación del Hyundai Nexo. Se trata de un SUV poco comercial que cumple más una labor de ingeniería que de rentabilidad. No es un coche con el que Hyundai vaya a ganar dinero, pero resulta perfecto para situar a la marca coreana como una de las más centradas en la movilidad sostenible. El nuevo Nexo será casi imposible de comprar, por precio, pero sobre todo por falta de estaciones de carga.

Toyota se lo piensa, mientras que BMW sigue adelante
Ese mismo problema es el que ha hecho tambalear la estrategia a la marca que durante más tiempo ha apostado por el hidrógeno: Toyota. Los japoneses han lanzado no una sino dos generaciones del coche con pila de combustible más famoso del mundo; el Toyota Mirai. Sin embargo, las bajas ventas y la clara apuesta eléctrica han provocado que los japoneses ya no vean tan claro ese “futuro brillante” que se le presupone al hidrógeno. Sus socios de BMW sí siguen adelante y con más firmeza que nunca, aunque los planes han sufrido constantes retrasos.
Allá por el año 2022 se anunció que el primer BMW de hidrógeno de producción en serie entraría en fase comercial este 2025, pero no será así. De hecho, esta misma semana los de Múnich han reconocido que su primer vehículo impulsado por célula de combustible no aparecerá en escena hasta 2028. El BMW iX5 Hydrogen es un proyecto llevado a cabo entre BMW y Toyota. De hecho, los alemanes se han apoderado de gran parte de la tecnología del Mirai y aseguran haberla llevado a un nuevo nivel que, ahora sí, hará a todo el mundo replantearse la idea del hidrógeno como combustible alternativo.

El elemento más abundante de la tierra y del universo siempre ha mostrado excelentes condiciones para convertirse en el motor que mueve el mundo, pero tiene tantas ventajas como inconvenientes. El hidrógeno siempre está asociado a otro elemento, por lo que es necesario aislarlo para convertirlo en H2 (el combustible). Todavía, y se han invertido grandes cantidades de dinero, no se ha encontrado una fórmula barata y ecológica para producir hidrógeno. Algunos proyectos siguen en marcha, pero cada vez menos. En Europa, las estaciones de repostaje de hidrógeno están en plena retirada, lo que supondrá un grave problema para los compradores de los coches en los que BMW está trabajando.