Carlos Ghosn ante la ética de la responsabilidad y la justicia

El consejo directivo del fabricante japonés Nissan cesó el pasado 19 de noviembre al que fuera su presidente durante los últimos 18 años por un supuesto fraude fiscal de 44 millones de dólares.

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24/11/2018 15:57
Actualizado a 05/12/2018 10:46

En la penitenciaría del barrio de Katsushika, en la capital de Japón, Carlos Ghosn (Brasil, 1954) debe estar preguntándose cómo ha llegado a parar ahí. La respuesta es sencilla: un supuesto fraude fiscal terminó por convencer al consejo directivo del fabricante japonés Nissan el pasado 19 de noviembre para cesar al que ya es su expresidente. Ghosn, de 64 años, lleva 40 ligado a la industria del automóvil y ha sido uno de los referentes en el incipiente segmento de los vehículos eléctricos. Bajo su presidencia, Nissan lanzó el Leaf, que a la postre se convertiría en el coche eléctrico más vendido del mundo tras superar las 300.000 unidades comercializadas el pasado enero.

Principios del siglo XX. Bichara Ghosn, abuelo de Carlos, emigró de Líbano a Río de Janeiro, Brasil, para empezar una nueva vida lejos de los conflictos religiosos, cómo señalaría su nieto en un artículo autobiográfico que recoge Nikkei. Varios aciertos terminaron por convertirle en un exitoso hombre de negocios que terminarían heredando sus hijos. A Jorge, el padre de Carlos, le tocó una pequeña compañía de aviación. En uno de sus viajes a Líbano para conocer sus orígenes, Jorge conoció a Rose, a la postre su esposa y madre de sus hijos, y que tuvo “una tremenda influencia” en la vida de Carlos, como él mismo reconocería años más tarde. 

Nacido en Porto Velho, Ghosn prefirió desmarcarse de la tradicional afición carioca por el fútbol para enfocarse en su pasión: el motor. Terminó sus estudios en Líbano y se trasladó a Francia. En 1974 consiguió graduarse en Ingeniería por la prestigiosa Escuela Politécnica de París. Cuatro años más tarde, ya estaba trabajando en las plantas de Renault, el mayor fabricante francés. En sus primeros años en la compañía llegó a ser director de la factoría de Le Puy-en-Velay, jefe de operaciones en América del Sur y posteriormente en América del Norte. En ambas regiones devolvió la rentabilidad a las dos divisiones de la marca gala.

En 1999 se produjo la fusión entre Renault y Nissan. Ghosn fue nombrado jefe de operaciones de Nissan en la denominada Alianza. La compañía nipona tenía una deuda de más de 20.000 millones de dólares –unos 18.000 millones de euros– y el ejecutivo brasileño hizo una serie de polémicos ajustes. Eliminó 21.000 empleos, recortó costes e invirtió en el desarrollo de 22 nuevos modelos en tres años. Devolvió la rentabilidad a Nissan, pero fue ahí cuando se ganó el apodo que le persigue desde entonces: "Le Cost Killer" (literalmente, “Asesino de Costes”) y provocó una protesta de 5.000 miembros de los sindicatos de la compañía en enero de 2000. Su siguiente aparición de relevancia en los medios de comunicación se produjo un año después.

Ghosn apareció entonces junto al ministro de Industria británico, Stephen Byers, y al Primer Ministro, Tony Blair, en la residencia de éste último en Downing Street. El motivo fue el anuncio de la creación de una nueva fábrica en Sunderland para construir el Micra, uno de los modelos más vendidos de la historia de Nissan. Para la construcción de la factoría, Nissan invirtió 235 millones de libras –alrededor de 265 millones de euros– y creó 500 puestos de trabajo en la zona. En 2003, Ghosn impulsó una inversión de 2.000 millones de dólares –algo más de 1.700 millones de euros– en la joint venture Dongfeng Motors, una de las referencias de la industria automovilística china, para comenzar a fabricar camiones en el gigante asiático.

A lo largo de su trayectoria, una gran multitud de medios se han rendido durante años al modelo de gestión de Ghosn, al que le han concedido premios empresariales algunas de las publicaciones económicas más distinguidas del mundo. La revista Fortune le nombró Empresario del Año en Asia en 2002; CEO Quarterly, especializada en ejecutivos, lo incluyó en 2010 entre los directivos más respetados; e incluso tiene distinciones oficiales otorgadas por los Gobiernos de España (2012) y Reino Unido (2013).

Lo cierto es que el ejecutivo brasileño nunca ha sido muy popular entre sus empleados. En los siguientes años se sucedieron otras protestas en las fábricas de Nissan de todo el mundo, como en la de Bangkok (Tailandia) en 2007 o en Barcelona un año después, siempre con los recortes de puestos de trabajo como motivo. Diversos analistas han señalado tras el cese de Goshn que ese ha sido su principal fallo: vivir al margen de sus empleados. Sin embargo, Nissan seguía en progresivo crecimiento.

Fue en 2009 cuando el brasileño, que ya ejercía como presidente de Nissan desde 2000 y como CEO desde 2001, decidió invertir 4.000 millones de euros en electrificar tanto la marca nipona como la francesa Renault mediante la creación de una plataforma de desarrollo conjunta. La firma nipona lanzó en diciembre de 2010 el Leaf de cero emisiones, que posteriormente se convertiría en un modelo 100% eléctrico y en el vehículo electrificado más vendido de la historia. 

En los últimos años, Ghosn ha pasado algo más desapercibido. Dirigir una multinacional se convierte en una tarea mucho más sencilla cuando el viento sopla a favor. Y Nissan se ha convertido, bajo su gestión, en una de las marcas con mejores perspectivas de futuro. Con el desarrollo de plan M.O.V.E., Ghosn ha sido el principal responsable de la estrategia de la compañía para los próximos cinco años, que pasan por alcanzar un aumento de sus ingresos anuales del 30%, así como por el lanzamiento de hasta ocho modelos distintos de coches completamente eléctricos en el horizonte de 2022. Además, Nissan trabaja activamente en gestionar la denominada “segunda vida” de las baterías, es decir, reutilizar las unidades de carga. Además, en conjunto con Renault y con Mitsubishi, otro actor en la nueva triple Alianza, el brasileño ha sido parte activa del desarrollo de la tecnología compartida VTG, un sistema que permite recargar el vehículo en casa y que puede devolver la energía a una estación de carga.

Ghosn deja una herencia que probablemente no terminará de disfrutar. La supuesta evasión fiscal de 44 millones de dólares, así como el presunto uso de fondos corporativos para su lucro personal durante años, es algo difícil de olvidar. Máxime en Japón, donde se encuentra la sede central de Nissan. El ejecutivo deja la firma nipona habiendo resuelto su futuro más próximo. Ahora, aislado en su celda, equivalente al tamaño de tres tatamis (unos siete metros cuadrados) Ghosn tendrá tiempo de reflexionar a la espera de conocer su propio futuro.

Sobre la firma
Daniel Domínguez
Daniel Domínguez La información diaria del sector del vehículo eléctrico. Coches eléctricos, coches híbridos, coches híbridos enchufables, motos eléctricas, bicicletas eléctricas