El CEO de BMW carga contra el veto a los motores de combustión en 2035: "Centrarse solo en lo eléctrico es un gran error estratégico"

Oliver Zipse, CEO de BMW, considera que "centrarse solo en la movilidad eléctrica es un error estratégico" y reclama "apertura tecnológica" a la Unión Europea.

Oliver Zipse BMW
Zipse cree que “centrarse solo en la movilidad eléctrica para 2035 es un gran error estratégico”.
25/09/2025 12:00
Actualizado a 25/09/2025 12:00

El consejero delegado de BMW, Oliver Zipse, ha hablado claro sobre la prohibición total prevista a partir de 2035 de los motores de combustión interna (ICE) en los turismos nuevos vendidos en la Unión Europea. En un discurso ante parlamentarios conservadores bávaros celebrado en el monasterio de Banz (norte de Baviera), el directivo cuestionó la conveniencia de apostar por una única tecnología para cumplir los objetivos climáticos.

Según el diario alemán Bild, Zipse afirmó que “centrarse solo en la movilidad eléctrica para 2035 es un gran error estratégico”. Para el CEO de BMW, la estrategia del “solo BEV” (vehículo 100% eléctrico) corre el riesgo de reducir la capacidad de reacción de la industria europea y de exponerla a cuellos de botella en materias primas, cadenas de suministro o costes energéticos.

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Zipse considera importante que la UE abarate la electricidad.

El CEO de BMW reclama “apertura tecnológica”

Zipse incidió en la libertad de elección del consumidor. "No se puede obligar a los clientes a comprar algo. El cliente puede decir: 'No voy a comprar nada. Seguiré conduciendo mi viejo vehículo'", advirtió. En su opinión, un marco regulatorio que deje fuera otras opciones tecnológicas podría frenar la innovación y no asegurar la reducción de CO2 que se persigue para finales de la década.

El directivo reclamó a los responsables políticos “apertura tecnológica” y puso a BMW como ejemplo: “Durante los últimos 10 años, hemos recortado constantemente nuestros objetivos de CO2. Por lo tanto, la apertura a la tecnología funciona”. La tesis de Zipse es que distintas soluciones, como electrificación de varios grados, combustibles renovables o sintéticos, o mejoras de eficiencia, pueden coexistir y sumar en el balance global de emisiones.

Al mismo tiempo, el directivo precisó que su crítica no supone desviar la lucha contra el cambio climático. Afirmó que oponerse al veto a los motores de combustión “en aras de la eficiencia en la reducción del CO2”, no para “preservar modelos de negocio existentes”. Es decir, pide revisar el instrumento (la prohibición total) sin cuestionar el objetivo final: descarbonizar con rapidez y profundidad.

Abaratar la electricidad en la UE, “el problema más importante”

En el plano económico, Zipse instó a la UE a abaratar la electricidad, a la que definió como “el problema más importante” para la competitividad industrial y para la adopción del vehículo eléctrico. Los costes energéticos, recordó, condicionan tanto la fabricación (Europa frente a otras regiones) como la percepción de coste de uso por parte del consumidor.

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Oliver Zipse posa junto al iX3, la última novedad de BMW.

La intervención del ejecutivo se produce en un contexto de creciente debate en la industria europea del automóvil sobre el calendario y el diseño de la normativa de 2035. En las últimas semanas, otros primeros ejecutivos han expresado reservas en términos similares.

En agosto de 2025, Ola Källenius, CEO de Mercedes-Benz, aseguró que, si se prohíben los motores de combustión, “Europa se estrellara a toda velocidad contra una pared”. Por otro lado, Oliver Blume, CEO del Grupo Volkswagen y de Porsche, sostuvo a comienzos de septiembre que “no es realista” esperar un parque 100% eléctrico en 2035, reclamando también una revisión pragmática de los objetivos.

Oficialmente, la Comisión Europea y los Estados miembros mantienen el compromiso con la prohibición total de matricular turismos nuevos de combustión a partir de 2035. Sin embargo, crecen las señales políticas de reconsideración: el 12 de septiembre, Manfred Weber, presidente del Partido Popular Europeo (PPE), anunció que su grupo presentará en otoño una propuesta para levantar el veto o modularlo.

La opinión pública muestra también fisuras. Una encuesta de YouGov citada por Brussels Signal refleja que en Alemania el 44% de los consultados pide poner fin a la prohibición, un 19% es partidario de posponer la fecha y solo un 24% se declara a favor del veto tal y como está planteado.