Ford se enfrenta a un problema que ni los salarios altos está logrando solucionar: la imposibilidad de cubrir miles de puestos esenciales en su red de concesionarios. El propio consejero delegado de la compañía, Jim Farley, ha reconocido públicamente su frustración ante una situación que califica de “crítica” para el futuro de la industria y para el funcionamiento de sectores clave de la economía estadounidense.
Durante su intervención en el podcast Office Hours: Business Edition, Farley reveló que los concesionarios de Ford mantienen 5.000 vacantes para mecánicos, pese a que muchas de estas posiciones ofrecen salarios que alcanzan los 100.000 euros anuales, casi el doble del sueldo medio en Estados Unidos. Sin embargo, el atractivo económico no es suficiente para contrarrestar la falta de mano de obra cualificada.
Un trabajo exigente que requiere años de formación

Farley explicó que el problema no reside solo en la disponibilidad de candidatos, sino en la falta de formación técnica en el país. Convertirse en mecánico especializado de la red Ford requiere alrededor de cinco años de aprendizaje, un tiempo que muchos jóvenes no están dispuestos a invertir, especialmente en un momento en que la formación profesional compite con carreras universitarias o empleos tecnológicos.
La complejidad de los vehículos actuales aumenta aún más la brecha. Para ilustrarlo, Farley puso un ejemplo contundente: extraer un motor diésel de un Ford Super Duty exige conocimientos avanzados y gran precisión. “Necesitas saber exactamente lo que haces”, subrayó.
La tensión se agrava por otro factor: Ford acumula más de 130 retiradas del mercado (llamadas a revisión) en 2025, lo que genera una presión añadida sobre los talleres oficiales. Menos técnicos y más coches para reparar se traduce en tiempos de espera crecientes y clientes cada vez más insatisfechos.
Un problema que trasciende al sector del automóvil

El directivo remarcó que esta escasez de profesionales cualificados es solo una parte de un desafío mucho mayor. Según sus palabras, Estados Unidos tiene más de un millón de puestos esenciales sin cubrir, que incluyen trabajadores de emergencia, camioneros, operarios de fábrica, fontaneros, electricistas y otros oficios técnicos.
Farley lamentó que el país no esté invirtiendo lo suficiente en centros de formación profesional, lo que impide asegurar el relevo generacional en ocupaciones estratégicas. Su reflexión fue especialmente contundente al advertir que, ante un eventual conflicto bélico, “Google no podrá fabricar los aviones y tanques que necesitaríamos”.
Los datos respaldan esta preocupación. Según cifras del Bureau of Labor Statistics citadas por The New York Post, cada año existe un déficit de 37.000 técnicos cualificados, mientras que el país necesitará alrededor de 67.800 mecánicos nuevos cada año hasta 2033.
Consecuencias directas: retrasos, improvisación y clientes frustrados
La falta de mecánicos ya provoca disfunciones en el servicio posventa. Algunos concesionarios, incapaces de asumir la carga de trabajo, están moviendo a los pocos técnicos disponibles entre ubicaciones, lo que genera retrasos de semanas en reparaciones básicas.
La situación evidencia una crisis laboral que amenaza no solo a Ford, sino a toda la industria automovilística estadounidense, justo en un momento de transición acelerada hacia vehículos más complejos y tecnológicamente exigentes.