Ford ha decidido dar un giro estratégico a su plan de electrificación global con el objetivo de priorizar la rentabilidad frente al crecimiento acelerado del volumen. El grupo automovilístico estadounidense ha anunciado una revisión profunda de su cartera de vehículos electrificados, sus inversiones industriales y su estructura de negocio, al tiempo que ha mejorado sus previsiones financieras para 2025, reflejando una mayor confianza en la solidez de su actividad.
La compañía prevé ahora un Ebit ajustado de alrededor de 6.000 millones de euros en 2025, apoyado en una mejora de costes, una asignación más selectiva del capital y una oferta de producto más alineada con la demanda real del mercado. Según Ford, el entorno operativo ha cambiado de forma significativa en los últimos años, con una adopción del vehículo eléctrico más lenta de lo esperado, elevados costes industriales y una regulación en constante evolución.
Menos eléctricos grandes y más soluciones híbridas

Uno de los principales cambios anunciados es la renuncia a producir vehículos eléctricos de gran tamaño, un segmento donde la rentabilidad se ha visto especialmente presionada. En su lugar, Ford ampliará su oferta de híbridos, eléctricos de autonomía extendida y modelos multienergía, mientras concentra el desarrollo de eléctricos puros en vehículos más pequeños y asequibles.
De cara a 2030, el grupo espera que aproximadamente el 50% de su volumen global corresponda a este tipo de vehículos electrificados, frente al 17% previsto para 2025. La compañía subraya que este enfoque busca ofrecer más variedad al cliente y mejorar los márgenes, sin renunciar a los objetivos de descarbonización a largo plazo.
“El cambio está impulsado por el cliente”, ha señalado el presidente y consejero delegado de Ford, Jim Farley, quien ha destacado que la empresa está reorientando su capital hacia oportunidades con mayor retorno y resiliencia.
Impacto industrial y refuerzo en Estados Unidos

La nueva estrategia también tendrá un impacto directo en la estructura industrial del grupo. Ford aprovechará su presencia manufacturera en Estados Unidos, especialmente en el segmento de camiones y furgonetas, y prevé crear miles de nuevos empleos para respaldar su reorganización productiva.
En el ámbito de los vehículos comerciales, la compañía ha decidido cancelar una nueva furgoneta eléctrica prevista para Europa, aunque mantendrá su gama actual de furgonetas electrificadas. En Norteamérica, el modelo eléctrico inicialmente planificado será sustituido por una furgoneta comercial más asequible, que se fabricará en la planta de Ohio.
Ajustes en Europa y alianzas estratégicas
En paralelo, Ford ha iniciado una reorganización de su negocio europeo, con cambios en el liderazgo y una nueva ofensiva de producto basada en vehículos multienergía. Además, ha reforzado su colaboración con Renault, con quien trabajará en el desarrollo conjunto de vehículos eléctricos tanto para pasajeros como para uso comercial.
La compañía también ha reiterado su intención de lanzar cinco nuevos modelos asequibles antes de final de la década, cuatro de ellos producidos en Estados Unidos, y de ampliar las opciones de motorización en prácticamente toda su gama.
Nuevo negocio de almacenamiento energético
Más allá del automóvil, Ford ha anunciado la creación de un nuevo negocio de sistemas de almacenamiento de energía en baterías, orientado a centros de datos y a la infraestructura de la red eléctrica. El grupo reutilizará capacidad de fabricación de baterías en Kentucky y prevé invertir unos 1.700 millones de euros en los próximos dos años, con el objetivo de desplegar al menos 20 GWh anuales para finales de 2027.
Con esta reconfiguración estratégica, Ford busca consolidar una transición energética más gradual, flexible y rentable, adaptándose a un mercado en transformación sin comprometer su solidez financiera.