Koenigsegg es considerada como una de las marcas más elitistas del planeta. Sus modelos, por lo general hiperdeportivos, cuentan con un nivel de ingeniería casi sin igual en la industria. Tanto es así que su CEO y fundador, Christian von Koenigsegg, no se considera empresario, sino inventor. Sin embargo, es posible que aún no haya dado con la tecla adecuada para que sus potenciales clientes declaren su interés por los coches eléctricos.
Aunque el sector de los modelos eléctricos más accesibles o populares está es ascenso, lo cierto es que no ocurre lo mismo dentro del segmento de los hipercoches o los vehículos más exclusivos. Este ‘melón’ lo abrió el pasado año Mate Rimac, CEO de Rimac, quien confirmó la falta de interés de los más ricos por estos coches. Ahora también lo confirma el propio Koenigsegg.

Los ricos no quieren coches eléctricos y prefieren motores ‘a la vieja usanza’
Mate Rimac, quien es muy aficionado al mundo de la relojería (de ahí el nombre del Bugatti Tourbillon), en su intervención del pasado año comparó tener un coche eléctrico con un Apple Watch y uno con motor térmico con un Rolex. “Nadie paga 10.000 euros por tener un Apple Watch”, apuntó el directivo haciendo así un símil entre tecnologías. Los más ricos buscan la exclusividad y la ingeniería que hay detrás de los grandes motores de combustión, alejándose así de la tendencia actual del mercado.
Esto es algo que ha corroborado Christian von Koenigsegg en una entrevista con el medio Top Gear: “El apetito por este tipo de automóvil totalmente eléctrico es extremadamente bajo”. Entre sus puntualizaciones anotó que la gente más pudiente busca esa integración con el vehículo que, según él, no es capaz de ofrecer un eléctrico. “Un vehículo eléctrico es un poco más robot. Imitar la sensación de un automóvil con motor de combustión no tiene sentido”.
“Quieres la vibración, el bombeo, el calor, los sonidos, los cambios, todos esos aspectos que lo hacen cobrar vida”, aseguró. No obstante, también puntualizó que tiene un criterio claro con los eléctricos, y es que le encanta “la capacidad de respuesta y suavidad de estos, aunque sin un motor de combustión, toda la personalidad desaparece”.

Esto es algo muy próximo a lo que el ingeniero jefe de General Motors, Tony Roma, confirmó hace unos días que no existirá un Corvette 100% eléctrico hasta que estos puntos estén totalmente resueltos y el producto final sea capaz de mejorar al actual con motor V8. Para él, los eléctricos no tienen la vida de un gran bloque motor de combustión, aunque sí aprecia la capacidad de aceleración instantánea de estos.
A día de hoy, Koenigsegg no ha fabricado ningún coche 100% eléctrico, sino que lo más cercano ha sido el particular Gemera, un hiperdeportivo híbrido enchufable con 1.724 CV y capacidad para cuatro ocupantes. Sólo se han fabricado 300 unidades y su precio de partida se acerca a los dos millones de euros. El próximo modelo de la marca llegará dentro de aproximadamente un año. Aún no se sabe nada de él, pero sí se espera que cuente nuevamente con un esquema híbrido.