China ha decidido pisar el acelerador para consolidar su liderazgo mundial en la movilidad eléctrica. El Gobierno del país asiático ha presentado un plan de trabajo hasta finales de 2026 que marca objetivos concretos para la industria automovilística, en especial para los vehículos de nueva energía o NEV, categoría que agrupa a los coches 100% eléctricos, híbridos enchufables, eléctricos de autonomía extendida, y de pila de combustible de hidrógeno.
Un mercado local más ambicioso
Para este año, Pekín se ha fijado como meta aumentar un 20% las ventas nacionales de este tipo de vehículos electrificados, hasta alcanzar las 15,5 millones de unidades. Si se suman todas las motorizaciones, el país prevé vender 32,3 millones de vehículos en 2025, lo que elevaría la cuota de los NEV al 48% del mercado total.

Para lograrlo, el plan incluye programas piloto en 25 ciudades, donde se incorporarán más de 700.000 nuevos vehículos de nuevas enerías al transporte público (autobuses, taxis y logística). También se contemplan desgravaciones fiscales sobre el impuesto de compra y de circulación, incentivos para sustituir vehículos antiguos, facilidades para la venta de coches usados. y una ampliación de la infraestructura de recarga y sustitución de baterías, con especial atención a las zonas rurales.
Además, el plan prevé nuevos proyectos piloto para vehículos inteligentes conectados, incluidos sistemas de conducción asistida de nivel 3, con el objetivo de acelerar la implantación de tecnologías avanzadas en el parque automovilístico chino.
Soberanía tecnológica y baterías de estado sólido
El documento subraya la importancia de reforzar la soberanía tecnológica en áreas críticas para la automoción, como chips, sistemas operativos, inteligencia artificial y baterías de estado sólido. Al mismo tiempo, se endurecerán las normas para los NEV, las baterías y la conducción autónoma, con el fin de elevar los estándares de calidad y seguridad.

Uno de los ejes más relevantes del plan es la promoción de las exportaciones, un asunto que preocupa especialmente a los fabricantes europeos. Pekín quiere que sus empresas desarrollen productos específicos para cada mercado, amplíen su red de comercialización y servicio posventa en el extranjero, y participen activamente en foros internacionales para influir en normas y estándares globales.
En el ámbito logístico, se prevé la construcción de grandes instalaciones de carga y descarga para buques de coches nuevos, y la creación de almacenes de piezas de recambio en otros países, con el fin de reducir costes.
Apoyo financiero a la internacionalización
El plan también incorpora medidas para respaldar a las empresas en el exterior. Los bancos ofrecerán préstamos para operaciones e inversiones y facilitarán transacciones en distintas divisas. Las aseguradoras optimizarán sus seguros de crédito a la exportación y proporcionarán un análisis de riesgo para proteger a las empresas frente a las fluctuaciones de los tipos de cambio.
El nuevo plan de trabajo confirma que los coches eléctricos y otros NEV son estratégicos para China. Por un lado, se refuerza la demanda interna; por otro, se anima a los fabricantes a crecer en el extranjero. BYD, Changan, Leapmotor, MG, Nio o Xpeng ya han avanzado en Europa y es probable que más marcas chinas sigan su estela.