David Giroux, uno de los gestores de fondos más destacados de la actualidad, ha lanzado una dura advertencia sobre el mercado bursátil y, en particular, sobre la valoración de Tesla. Giroux, responsable del fondo T. Rowe Price Capital Appreciation, que acumula una rentabilidad anualizada del 11,9% y supera al 99% de sus competidores, aseguró que no invertiría en Tesla ni aunque sus acciones se desplomasen un 90%.
Durante una mesa redonda organizada por Barron’s, el gestor señaló que varias compañías estadounidenses cotizan a precios desproporcionados y que los inversores deberían ser cautelosos. “Tesla podría caer un 90% mañana y aun así no compraría una acción, porque está absurdamente sobrevalorada”, afirmó. Giroux incluyó también en su lista negra a empresas como Palantir, Costco y Walmart, cuyas valoraciones, en su opinión, “no tienen sentido” al estar muy por encima de sus beneficios reales.

El caso de Tesla es especialmente llamativo. Actualmente, la compañía cotiza a más de 200 veces sus ganancias, a pesar de que estas llevan dos años consecutivos en descenso. Lejos de mostrar señales de recuperación, no hay una perspectiva clara de que la tendencia negativa vaya a revertirse pronto. Sin embargo, el optimismo de Elon Musk contrasta con los datos: el propio CEO sigue asegurando que el valor de la acción podría multiplicarse por diez y “aplastar” a quienes apuestan en contra.
La realidad del negocio, sin embargo, es más compleja. El mercado de vehículos eléctricos atraviesa una etapa de desaceleración, con una competencia cada vez más agresiva en China y Europa, y un enfriamiento previsto en Estados Unidos a partir del cuarto trimestre. Musk reconoce que el futuro de Tesla en bolsa depende menos de sus coches eléctricos y más de dos apuestas arriesgadas: la conducción autónoma total y el desarrollo de robots humanoides. No obstante, hasta el momento no existe evidencia sólida de que Tesla lidere en ninguno de estos campos, donde competidores como Waymo parecen estar en una posición más avanzada.

El problema no se limita a Tesla en sí misma. El peso de la empresa dentro del S&P 500 implica que millones de ahorradores con fondos de pensiones vinculados al índice dependen, en gran parte, de su desempeño. Si la valoración de Tesla se desploma, podría arrastrar a todo el mercado, ya que otras compañías igualmente sobrevaloradas sufrirían un efecto dominó. Como señaló un inversor en respuesta a estas advertencias, “cuando la gente finalmente despierte frente a la burbuja de Tesla, el riesgo es que se lleve por delante al resto del mercado, precisamente porque tantas empresas cotizan a precios inflados”.
Por último, otro factor que incrementa la presión sobre Tesla es su proyecto de Robotaxi. Al anunciarlo antes de estar listo para su lanzamiento real, Musk ha puesto un reloj de arena sobre la compañía: si no logra cumplir sus promesas a tiempo, el desencanto de los inversores podría acelerarse.
En conclusión, Giroux representa la voz de un sector inversor que empieza a mostrar mayor escepticismo frente al relato de Musk. Si bien Tesla aún se sostiene gracias a la fe de millones de accionistas en su carismático CEO, cada vez más voces advierten que esa confianza podría estar llegando a su límite.