Esta empresa española tiene en su mano un cambio revolucionario para las baterías de los coches eléctricos

GDV Mobility se encarga de reducir, reparar y reciclar las baterías usadas, para recuperar materiales reutilizables a costes mucho menores.

GDV Mobility
Su objetivo es este año vender baterías recicladas por 80 MW.
22/06/2025 07:15
Actualizado a 22/06/2025 07:15

Los coches eléctricos se enfrentan a problemas de distinta índole, algunos tan inmediatos que el sector en muchas ocasiones no se preocupa por los que van a venir a medio y largo plazo, que pueden ser incluso más importantes. El principal es la generación de residuos derivada de este tipo de vehículos, especialmente de las baterías, cuyo reciclaje es complejo, pero necesario.

Hay una empresa española que quiere poner el foco en esta materia, GDV Mobility, que tiene sede en Alicante, y que basa sus operaciones en tres conceptos: reducir, reparar y reciclar.

Las tres erres

El previsible aumento de la producción y ventas de los coches eléctricos, aunque por el momento esté siendo lento, va a hacer que se necesiten muchos recursos para la fabricación de baterías que no son precisamente sencillos ni baratos de extraer. La solución más ecológica sería volver a utilizar los que quedan presentes en baterías ya fabricadas, pero su reciclaje es un proceso complejo, que hace que actualmente en Europa solo se lleve a cabo con el 5%.

El potencial del reciclaje es muy alto y podría suministrar gran parte de los recursos necesarios. Según cálculos de Recomotor, de lo que va a necesitarse para fabricar los coches eléctricos que Europa quiere producir de aquí a 2030, del reciclaje de baterías se podría extraer el 14% del litio, el 16% del níquel, el 17% del manganeso y el 25% del cobalto que hará falta.

GDV Mobility afronta la tarea como un trabajo que se puede dividir en tres partes. La primera es reducir. La idea es que, de todas las celdas que integran una batería, cuando ésta se desgasta, no todas ellas quedan inservibles, así que hay muchas que se pueden salvar para ser reutilizadas directamente.

La segunda es reparar, puesto que, aunque se hayan averiado, en muchas ocasiones las celdas y/o baterías pueden repararse para que sigan funcionando, sin que sea necesario darlas por perdidas.

Por último, el reciclaje. Cuando la batería está inservible, se separan los materiales que se pueden y, con los restos, se genera una pasta que se suele mandar a China para que se extraiga el resto de materia que todavía puede ser útil. Germán Agulló, CEO de la compañía, ha hablado con El Asombrario sobre esto: “Separamos níquel, cobalto y litio, y así cerramos el círculo, porque se vende luego a quienes fabrican batería de cero. Ser gestores de residuos hace que sea un negocio rentable porque nos permite re-fabricar las baterías, que de otro modo tendrían una vida útil de unos seis años”.

Un proyecto que marcha a buen ritmo

La empresa anda por buen camino, puesto que ya cuenta con una extensa red de colaboradores: “Este mes ya hemos recibido las primeras 150 toneladas de baterías y tenemos capacidad hasta para 4.000. Nos llegan de una red de 1.200 talleres, pero también de empresas que tienen grandes baterías. Solo trabajamos con las de más de dos kilos y queremos llegar este año a vender baterías por 80 MW. Nuestro reto es repararlas y una vez reacondicionadas que vuelvan al mercado, a precios más económicos que las nuevas. Ahora tenemos muchas de los coches de la DANA en Valencia, que vienen fatal por el barro. No podemos seguir desperdiciando recursos que están ahí”.

“Nosotros ya trabajamos con talleres y empresas de toda Europa y eso que acabamos de empezar hace poco. Tenemos recursos sobre la tierra que estamos desperdiciando, pero no tiene sentido sacar los que están debajo, con gran costo ambiental y humano, cuando con los residuos podemos tener una batería reacondicionada sale más barata. Nuestra batería de 7 MW, por ejemplo, puede acumular energía para 7.000 casas. El futuro está con nosotros”, añade.