Europa necesita cambiar de rumbo. El coche ha pasado de ser un elemento indispensable para la movilidad civil a ser un verdadero producto de lujo para muchas minorías sociales. Los precios son cada vez más altos, pero no por mero capricho de los fabricantes, que también. Europa y sus normativas mal aplicadas han condicionado mucho el panorama continental. Las marcas tienen que acogerse a muchas regulaciones que, junto con otros motivos geopolíticos, han disparado los precios de venta. Ahora, deprisa y corriendo, el Parlamento Europeo quiere aprobar un nuevo marco normativo que las marcas llevan mucho tiempo pidiendo.
Las categorías inferiores, los coches pequeños, se mueren. Coches como el Clio, el SEAT Ibiza y muchos otros son cada vez más difíciles y costosos de fabricar. Al igual que sus hermanos mayores, estos tienen que acogerse a la normativa europea, pero su precio es considerablemente inferior. Hace unos años podías comprarte un Volkswagen Polo por menos de 10.000 euros. Hoy, es casi imposible comprarse una unidad decente por menos del doble. Reglas de seguridad, control de emisiones, costes de producción, problemas de suministro… Una larga cadena de problemas que Europa quiere recortar.

Más baratos de producir y más rentables
Renault y Stellantis fueron las primeras en lanzar la voz de alarma. O se cambia la reglamentación o los coches pequeños desaparecerán del mercado con todos los inconvenientes que eso supone. Millones de conductores en toda Europa no podrán comprarse un coche al ser demasiado caro. A su vez, esta situación está provocando un notable y gradual envejecimiento del parque de vehículos. Más o menos agresivo en función del país. España tiene uno de los parques más antiguos con una media, para turismos, superior a los 15 años. En Bélgica esa cifra decae hasta los 8 años de media.
Tal y como anuncian fuentes europeas, la Comisión está trabajando a marchas forzadas, colaborando con las marcas, para elaborar un nuevo marco regulador que permita a los fabricantes fabricar coches pequeños con mejor margen de beneficios. Coches pequeños y asequibles con los que poder contrarrestar la cada vez mayor competencia procedente de China. Europa quiere reactivar el mercado continental y para ello está trabajando en la creación de una categoría intermedia entre los cuadriciclos ligeros y los turismos convencionales. Europa se fija en Japón y sus predilectos Kei-Car.

“El objetivo para los fabricantes es lanzar al mercado vehículos pequeños nuevos con precios entre 15.000 y 20.000 euros”, ha declarado el comisario europeo de Industria, Stéphane Séjourne, el 4 de noviembre en el Día de la Industria Automotriz en París. Sejourne ha afirmado que el objetivo es que el nuevo marco se incluya en los anuncios de la Comisión el 10 de diciembre. Mientras tanto, las marcas se preparan para su entrada en vigor. Aunque todavía quedan muchos flecos que pulir, es más que probable que a partir del próximo año empezaremos a conocer y disfrutar de las primeras unidades. Las marcas japonesas corren con ventaja gracias a su dilatada experiencia. Coches como el Nissan Sakura, pueden tener un gran mercado en nuestro continente.