Durante décadas, las pruebas de seguridad vial en Estados Unidos (y en cualquier parte del mundo) han pecado de un fallo estructural de base que ahora, por fin, comienza a corregirse. El secretario de Transporte de Norteamérica, Sean Duffy, ha presentado recientemente el primer dummy o maniquí de choque femenino avanzado del país, un hito que busca cerrar una peligrosa brecha de género que ha costado vidas y multiplicado el riesgo de lesiones en millones de mujeres al volante.
La novedad no es menor: hasta ahora, las pruebas federales han dependido casi exclusivamente de maniquíes basados en cuerpos masculinos. Cuando se empleaban supuestas “versiones femeninas”, estas no eran más que réplicas masculinas reducidas, sin contemplar diferencias esenciales en biomecánica, musculatura, postura o patrones de lesión. En muchos tests, incluso, la figura femenina se relegaba al asiento del pasajero mientras el conductor era representado por un dummy masculino, perpetuando un sesgo que no se corresponde con la realidad de las carreteras.

Los datos hablan por sí solos. Según reportes citados por NBC News, las mujeres tienen un 73% más de probabilidades de sufrir lesiones graves en un choque frontal idéntico al de un hombre. Además, las conductoras y pasajeras delanteras tienen un 17% más de riesgo de morir en estos escenarios. Esta desproporción no deriva de una diferencia de habilidad al volante, sino de estándares de seguridad diseñados históricamente para un único tipo de cuerpo.
THOR-05F: la primera mujer en el laboratorio
El nuevo THOR-05F representa un salto tecnológico y conceptual. No es una adaptación ni una reducción: es un dummy creado desde cero por y para para reflejar la fisiología de una mujer, lo que incluye altura, peso, distribución muscular, articulaciones y comportamiento torácico.
Su equipamiento incorpora sensores avanzados capaces de medir variables que los modelos anteriores no podían registrar, como impactos en tejidos blandos, deformación detallada del pecho y movimientos rotacionales de la cabeza. Esto permitirá obtener datos mucho más precisos sobre cómo se comporta un cuerpo femenino durante un choque real, información crítica para rediseñar airbags, cinturones, asientos y estructuras de absorción de energía.
La industria automotriz deberá adaptarse

La tecnología THOR-05F no será un elemento decorativo. Los legisladores estadounidenses planean integrarla en los protocolos oficiales de pruebas de choque, lo que obligará a los fabricantes a demostrar que sus vehículos protegen adecuadamente tanto a hombres como a mujeres. Este cambio implicará nuevas exigencias técnicas, más tiempo de ensayo y una revisión profunda del diseño de sistemas de seguridad.
Las primeras pruebas con el dummy femenino empezarían en 2027, y su uso a partir de entonces sería obligatorio. Aunque algunos fabricantes podrían resistirse por los costes adicionales, especialistas en seguridad califican la medida como “muy esperada” y subrayan que sus beneficios superarán con creces cualquier dificultad inicial.
Un paso histórico hacia la igualdad en la seguridad vial
El lanzamiento del THOR-05F marca un antes y un después. Por primera vez, la seguridad de los vehículos en EEUU contempla la diversidad real de quienes se sientan al volante. El objetivo no es solo corregir una deuda histórica, sino reducir lesiones y salvar vidas mediante un enfoque más inclusivo, científico y justo. Y este avance al otro lado del charco, podría ser el principio para que otras partes del mundo, y Europa en concreto, se decidan a tomar ejemplo.