Desde hace más de un lustro, la Unión Europea lleva prometiendo que el territorio contará con un mercado automovilístico plenamente eléctrico para el año 2035. Para entonces, según su planteamiento, quedará terminantemente prohibido vender cualquier tipo de vehículo que cuente con un motor de combustión bajo el capó. Esto implicaría a coches no sólo de gasolina o diésel ‘puros’, sino también híbridos de todo tipo; sólo se podrían matricular alternativas plenamente netas en emisiones de carbono.
Con el paso de los años se ha ido demostrando que este objetivo es posible, pero difícilmente para el 2035. Las ventas de coches eléctricos están creciendo paulatinamente, pero a un ritmo realmente lento y muy alejado de los pronósticos iniciales. Según los planes publicados por la UE hace unos años, en 2025 estos deberían ser, al menos, un 50% de la cuota de mercado. Sin embargo, la realidad se aleja bastante de aquella hoja de ruta.

La Unión Europea está muy lejos de lograr un mercado 100% eléctrico en 2035
Ahora, un nuevo estudio publicado por los analistas de Allianz, ha vuelto a dar carpetazo a este objetivo. Según esta agencia: Europa no estará completamente electrificada antes del año 2040. Dicho esto, ya hay varios países que presionan al ejecutivo de la Unión Europea para que formalice el aplazamiento de esta meta hasta, al menos, el 2040 (cinco años más tarde de lo propuesto inicialmente).
Alemania e Italia están entre los países que más están presionando, principalmente porque sus fronteras acogen a varias marcas europeas que fabrican vehículos. En el lado opuesto, España y Francia, pese a ser también grandes fabricantes, se oponen tajantemente a este cambio en la hoja de ruta, porque “se pone en peligro la credibilidad del plan climático europeo”, según afirmaron en sus respectivos comunicados.
Estos países cuentan con un fuerte calado industrial del mercado automovilístico. De ellos, para Alemania está en juego el 5% del PIB y 800.000 puestos de trabajo; para España representa un 3% del PIB y donde tienen un gran interés los fabricantes chinos. Recordemos que en nuestro país ya producen de alguna manera marcas como Omoda y Jaecoo, y se está trabajando en que también lo hagan otras como BYD con su tercera fábrica en Europa.

A esto hay que sumar los recientes aranceles impuestos por Estados Unidos a la venta de vehículos fabricados en Europa, así como el propio auge de marcas de origen chino en el territorio del Viejo Continente. Con todo ello -y otros muchos puntos adicionales- desde el mencionado informe anuncian: “Es improbable que la UE alcance la movilidad eléctrica total para el 2035. Tampoco podrá alcanzar su objetivo de neutralidad climática para el 2050”.
Con los actuales datos en la mano, en materia de matriculaciones y despliegue de la infraestructura eléctrica, el informe apunta a que este plan podría no ejecutarse hasta el año 2037, en el caso más favorable, o hasta el 2041 en un plano más realista. Para conseguir la fecha más optimista, la Unión Europea debería instalar y tener plenamente operativos más de 3,5 millones de puntos de carga públicos en todo el territorio. Como referencia, antes de que acabe 2025, se espera que existan 1,1 millones de puntos.
Por todo ello, marcas como Mercedes-Benz o BMW están pidiendo a la Unión Europea un respaldo en materia legislativa y que se retrase el objetivo de 2035 para la prohibición de coches de combustión en el Viejo Continente. A día de hoy, todo apunta a que el ejecutivo deberá ceder, especialmente viendo las cifras de matriculaciones de vehículos eléctricos actuales.
El nuevo margen podría aceptar los vehículos híbridos enchufables de gran autonomía para venderse más allá del 2035. No obstante, sobre esto todavía no hay una confirmación oficial, lo cual no se espera hasta el año 2027, como poco.