“NIO debe priorizar el futuro, ya que nuestra supervivencia es lo más importante”. Así de contundente se ha mostrado su CEO, William Li, tras la presentación del nuevo NIO ES8. Un modelo que, pese a la presencia de la marca en Europa, no llegará al Viejo Continente.
Y ojo, porque NIO no está en riesgo de quiebra. Al menos por ahora. Triunfa en China con sus estaciones de intercambio de baterías -recientemente logró el intercambio número 80.000.000- y con sus marcas Onvo y Firefly -que llegarán a Europa a lo largo de este año-. Incluso hace sus pinitos en la conducción autónoma dejando en ridículo a Tesla.

El futuro de NIO, en juego debido a las pérdidas que podrían llevarlo a la quiebra
NIO fue creada por su CEO en 2014, empezó a cotizar en la Bolsa de Nueva York en 2018; y a exportar sus coches eléctricos a algunos mercados de Europa -donde acaban de ponerse a la venta las primeras unidades del urbano Firefly- en 2022.
Así las cosas, se le auguraba un futuro esplendoroso y su propio CEO señalaba que en 2035 serían uno de los 10 mayores fabricantes mundiales. Pero sus ventas, que querían nada menos que duplicar en 2025, no están siendo las esperadas.
Así, y pese a los lanzamientos del citado ES8 y del Onvo L90, durante primer semestre de 2025, NIO sólo alcanzó el 26% de su pretendido objetivo anual de 440.000 entregas: 114.150 vehículos vendidos.
No es una mala cifra y, de hecho, NIO es actualmente el séptimo fabricante por ventas en China. Sin embargo, se está viendo superado por rivales como Xpeng, Leapmotor o Li Auto, que han vendido más coches eléctricos durante la primera mitad del año.
Y el problema para el futuro de NIO, y el que podría llevarle a la quiebra, son… sus pérdidas.
NIO espera lograr un equilibrio entre ganancias y pérdidas para el cuarto trimestre de este año, algo que alejaría los nubarrones de una posible quiebra y garantizaría su futuro pero, por ahora y durante los tres primeros meses del año, ha perdido 6.700 millones de yuanes, esto es, cerca de 810 millones de euros.

Ante esta amenaza que pone en riesgo su futuro, William Li, el CEO de NIO ha señalado que el fabricante establecerá modelos de evaluación para sus departamentos de I+D, monitorizando el retorno de cada inversión a corto o largo plazo. "Algunas inversiones pueden recuperarse en 3 meses, 1 o 2 años", explicó Li, indicando que NIO no reducirá las inversiones en I+D, pero sí que intentará mejorar la eficiencia.
Un buen ejemplo de ello es el recién presentado NIO ES8, cuya tercera generación resulta hasta 12.000 euros más barata que el anterior modelo: el CEO de NIO explicó que esta reducción de precios se ha logrado renegociando con los proveedores, pero también compartiendo tecnología con otros modelos del fabricante chino.
Así, el CEO de NIO también habló sobre la decepción de los propietarios actuales de un ES8, que han visto como el precio de su coche se ha devaluando dada la rebaja de la tercera generación.
Y ha indicado que entiende su postura, pero que “NIO debe priorizar el futuro, ya que la supervivencia es lo más importante” y está en juego.
“El nuevo precio puede herir la confianza de algunos usuarios actuales a corto plazo, pero a largo plazo, esta estrategia de precios ayudará a NIO a mantener su competitividad” en un mercado como el chino. Lo que asegurará su futuro y evitará una posible quiebra.