Toyota ha sido y sigue siendo el mayor fabricante de coches del mundo. La corporación japonesa fue la primera en dar el paso en la senda de la electrificación. Suyos fueron los primeros híbridos que hoy son la opción preferida por millones de conductores en todo el mundo. Sin embargo, el futuro pertenece al coche eléctrico y ahí, los japoneses tienen que rendirse ante el poder de sus vecinos chinos. En Toyota aseguran estar “atónitos” ante la rápida evolución de rivales como BYD. La empresa tiene mucho trabajo por delante, aunque prácticamente será imposible implementar la forma de trabajo de China.
Tradicionalmente, un coche tardaba entre cuatro y cinco años (incluso más) en pasar de ser un boceto en una hoja de papel en blanco a un modelo de producción. En la era de los coches eléctricos, que avanza a pasos agigantados, el ritmo es frenético. Los fabricantes chinos están rompiendo ese esquema. Han recortado los plazos de desarrollo de sus coches a tan solo dos años, lo que anuncia una nueva era de lanzamientos rápidos. Su ritmo de diseño, desarrollo, fabricación y venta es, ahora mismo, inalcanzable para un fabricante tradicional, menos para una gran corporación como Toyota, dominante en los cinco continentes.

Toyota acude a China para aumentar rápidamente su familia eléctrica
No se puede negar que Toyota no está teniendo el éxito que esperaba con sus primeros coches eléctricos, aunque todo depende de hacia qué parte del mundo mires. En Europa, Japón y Estados Unidos el Toyota bZ4X ha pasado muy desapercibido. Los problemas retrasaron su desarrollo más de lo esperado y a pesar de haber estado en constante evolución no ha cumplido con las expectativas ni de la marca ni de los conductores. Hoy es una gran alternativa al Tesla Model Y, pero una demostración de que aunque seas la marca más grande del mundo, tienes que cambiar de enfoque.
Los japoneses lo han hecho, al menos en China donde han recurrido a alianzas locales para expandir rápidamente y con mucho acierto su familia eléctrica. Los chinos disfrutan de modelos exclusivos como el bZ3X que ha generado mucha expectación. Los fabricantes tradicionales como Toyota se han visto obligados a lidiar con los ciclos de desarrollo acelerados implantados por China. En Europa, el Grupo Volkswagen quiere y necesita acelerar el lanzamiento de sus coches eléctricos más pequeños. El desarrollo del ID.2 tendrá una duración de tres años en lugar de los cinco habituales.

Durante una entrevista a un importante medio extranjero, Toyota afirmó estar “atónita” ante la evolución y los métodos de BYD. El fabricante de automóviles se sorprendió por la disposición de los ingenieros de BYD a realizar cambios de diseño importantes en las últimas etapas del desarrollo. BYD, al igual que muchos de sus competidores chinos, ha adoptado una filosofía al estilo de Tesla, aunque elevado a la enésima potencia: actuar con rapidez, romper reglas, lanzar pronto y luego aplicar parches si surgen fallos. Algo que es incomprensible para las marcas tradicionales y menos para una firma japonesa.