Las marcas de coches que venden sus vehículos en Europa tienen grabado a fuego una fecha en su calendario: 2035. Será el momento en el que solo puedan comercializar modelos eléctricos en los mercados europeos. Esto ha hecho que muchos apuesten por una estrategia de solo modelos de baterías, aunque bastantes han tenido que reconducir su hoja de ruta para adaptarse a la demanda del mercado. Una de las que se ha mantenido fiel a su plan inicial ha sido Smart, pero ahora deja la puerta abierta a explorar otras opciones.
La firma lleva teniendo exclusivamente coches eléctricos en su gama desde 2020, aunque actualmente ya no es la compañía que fue, pues ahora es propiedad al 50/50 de Mercedes, que fue quien la creó en un primer momento, y de Geely, el gigante chino.

Smart está abierta a otras posibilidades
La presencia de esta última en la ecuación es importante, puesto que es ella la que suministra sus sistemas de propulsión, que son idénticos a los que se pueden ver en otras marcas que son propiedad del grupo, como es el caso de las también originalmente europeas Volvo y Lotus, o de la china Zeekr.
Lo importante es que las dos primeras, el año pasado, anunciaron un cambio en sus planes de ser fabricantes exclusivamente de coches eléctricos, para añadir a sus gamas también modelos equipados con tecnologías de extensión de autonomía, ya sea en forma de híbridos enchufables tradicionales o de EREV (Extended Range Electric Vehicle).
Con esta posibilidad sobre la mesa, la duda está en Smart y la posibilidad de que ésta siga sus pasos. Jason Allbutt, CEO de Smart Reino Unido, ha tratado el tema en una entrevista con AutoExpress: “Actualmente somos una marca exclusivamente eléctrica y planeamos seguir así a corto plazo. Como siempre, si vemos demandas del mercado que requieran otras opciones, claro que sería una tontería no considerarlas. Pero por ahora, el plan es seguir siendo una marca exclusivamente eléctrica en Europa”.
La diferenciación entre los mercados europeos y el resto del mundo es clave, puesto que las normativas de emisiones que hay en una región y las demás son muy distintas, así que es necesario adaptar la cartera de productos a sus diferentes realidades. El ejemplo más claro es el de Volvo, que en los últimos meses ha presentado el Volvo XC70 híbrido enchufable, un modelo que en primera instancia sería válido para Europa, pero que la marca ha decidido lanzar, al menos por el momento, exclusivamente en el mercado chino.

El camino en Europa lleva al coche eléctrico
Allbutt es claro al respecto: “Somos conscientes de que el interés por vehículos como los híbridos enchufables está creciendo sin duda, y en los extensores de autonomía en mucha menor medida ahora mismo. Pero creo que, por ahora, solo estamos observando para entender si realmente es el camino correcto. Porque, claro, hay algunos elementos a largo plazo, sobre todo en toda Europa, donde supongo que el objetivo final son los vehículos eléctricos. Y, por supuesto, ahí es donde se dirige también el Gobierno del Reino Unido para 2035. Así que, para nosotros, ahora mismo, los vehículos eléctricos parecen ser la opción más lógica”.
Desde Smart se consideraría que PHEV y EREV pueden ser opciones interesantes a medio plazo, especialmente si la demanda de este tipo de vehículos aumenta en detrimento de la de coches 100% eléctricos. Sin embargo, dado que al final en 2035 la prohibición de vender cualquier coche de combustión seguirá estando presente, la única solución que acaba existiendo es la de desarrollar coches eléctricos a medio plazo.
Actualmente Smart tiene una gama conformada por tres modelos, todos ellos de cero emisiones. El Smart #1 fue el primer vehículo que lanzó en esta nueva etapa, un SUV compacto que está disponible desde 37.900 euros; le siguió el Smart #3, otro todocamino pero con carrocería coupé que cuesta 41.400 euros; y la incorporación más reciente ha sido el Smart #5, el modelo más grande de la historia de la marca, cuyo precio es de 48.850 euros.