El SEMA Show se está celebrando en Estados Unidos y son muchas las marcas que han llegado con prototipos y coches únicos que muestran el potencial latente de sus coches de calle. El festival del tuning se ha adaptado a los nuevos tiempos, lo que significa que, además de muchos V8, también hay hueco para coches eléctricos que, aunque en su versión de serie puedan parecer algo anodinos, en las manos adecuadas se convierten en vehículos tan espectaculares como el Toyota bZ Time Attack.
Marty Schwerter, constructor principal y director de operaciones del Centro Técnico de Automovilismo de Toyota, ha declarado: “Este año en SEMA, quisimos adentrarnos en territorio inexplorado. Es una oportunidad para explorar, aprender y crear algo que demuestre el enorme potencial que existe en las plataformas BEV de Toyota. El objetivo no era simplemente crear un prototipo llamativo, sino ver hasta dónde se podía llevar la nueva plataforma bZ en el mundo del automovilismo. Y eso significaba que teníamos que abordar los dos mayores obstáculos para cualquier coche de competición eléctrico: el rendimiento de la batería y la integración aerodinámica”.

El primer prototipo eléctrico de Toyota para el SEMA Show
Es la primera vez que Toyota presenta un prototipo para el SEMA Show que tiene como base la de un coche eléctrico. Para hacerlo, ha optado por el bZ (bZ4X a este lado del Atlántico), que también ha sido su primer coche eléctrico de producción en serie. El SUV está disponible en varias versiones, para el proyecto se ha optado por el tope de gama, para que el punto de partida fuese el más alto posible. Así, se ha elegido el bZ AWD, que cuenta con dos motores, tracción integral, una potencia de 338 CV y una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos.
Aunque la base era buena, convertirlo en un coche de carreras supuso un reto, especialmente por su naturaleza eléctrica, ya que había que equilibrar el rendimiento de la batería, el peso del conjunto, la autonomía, la potencia y la aerodinámica.
Lo último puede parecer a simple vista lo más sencillo, pero crear una carrocería más baja, ancha y desarrollar un nuevo sistema aerodinámico es más complejo en un vehículo eléctrico que en uno de combustión. Para conseguirlo hubo que combinar escaneo láser, desarrollo CAD e impresión 3D.

Aplicarlos consiguió un resultado impresionante: una altura 15 cm inferior a la del modelo de serie, una anchura de vías 15 cm mayor y un kit de carrocería mucho más agresivo que tiene un fin práctico y no solo estético. Eso a simple vista (como las llantas BBS Unlimited de 19 pulgadas montadas en neumáticos Continental Extreme Contact Sport 02 305/30ZR19 XL), pero también hay una larga lista de modificaciones que no se pueden ver: la recalibración de la ECU ha aumentado la potencia hasta superar los 300 kW (más de 400 CV), utiliza un sistema de frenos Alcon con pastillas Hawk, la suspensión tiene amortiguadores y muelles TEIN, cuenta con una jaula antivuelco completa de acero al cromo-molibdeno 4130 y emplea asientos de competición OMP HTE-R y arneses OMP.
Mike Tripp, vicepresidente del grupo de Marketing de Toyota, comentaba: “Cada proyecto presentado en SEMA supone un reto para los equipos de ingeniería y diseño de Toyota, que deben superarse a sí mismos con respecto al año anterior. Con el prototipo bZ Time Attack, el reto fue mayor que nunca: transformar un vehículo Toyota totalmente eléctrico en una realidad del automovilismo. El prototipo bZ Time Attack no solo es un concepto visualmente impactante, sino también un serio contendiente en cuanto a rendimiento”.
    