“Un error histórico de Europa”: Pedro Sánchez critica así la decisión europea de permitir los motores de combustión más allá de 2035

Pedro Sánchez advierte que suavizar la eliminación de motores térmicos en la Unión Europea puede frenar la electrificación y debilitar al sector automovilístico europeo.

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Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, muy crítico con la decisión europea.
17/12/2025 16:30
Actualizado a 17/12/2025 16:39

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha calificado de “error histórico de Europa” la decisión de la Comisión Europea de revisar su estrategia sobre la eliminación de los motores de combustión, tras plantear una flexibilización de las normas climáticas que podría permitir la comercialización de coches que emitan dióxido de carbono más allá de 2035.

En un acto celebrado en Madrid sobre el Pacto de Estado frente a la emergencia climática, Sánchez reprochó a las instituciones comunitarias que la nueva propuesta diluya los compromisos adquiridos para la descarbonización del transporte por carretera.

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Europa prohibió la venta de coches con motor de combustión el 12 de abril de 2023.

Europa dividida

La Comisión Europea ha planteado rebajar el objetivo original que exigía que todos los vehículos nuevos vendidos desde 2035 fueran de emisiones cero y permitir que hasta un 10 % de las emisiones de la flota nueva se compensen mediante medidas como el uso de acero con bajo contenido de carbono, biocombustibles o combustibles sintéticos.

“El cambio aprobado ayer por la Comisión es un error histórico de Europa, porque la competitividad se garantiza por la sostenibilidad y no debilitando nuestros compromisos climáticos”, afirmó Sánchez, insistiendo en que relajar las metas climáticas compromete no solo la lucha contra el calentamiento global sino también la innovación industrial y la creación de empleo.

La revisión de la normativa responde, en parte, a la presión ejercida por países con sectores automovilísticos tradicionales, como Alemania e Italia, que argumentan la necesidad de suavizar las reglas para proteger empleos y permitir una transición más gradual hacia la electromovilidad. Estas naciones sostienen que la competitividad de los fabricantes europeos se ve amenazada por el avance de rivales globales, especialmente chinos, que han consolidado una posición fuerte en el mercado de los vehículos eléctricos.

Según la propuesta comunitaria publicada el 16 de diciembre, la Comisión de la UE plantea que los fabricantes cumplan con una reducción del 90 % de emisiones de CO₂ respecto a 2021 para 2035, en lugar de la eliminación total de los motores de combustión. El restante 10 % se gestionaría a través de créditos vinculados a prácticas sostenibles en la cadena de valor. Estas medidas todavía deben ser negociadas entre el Parlamento Europeo y los Estados miembros antes de convertirse en ley.

La iniciativa también incluye estímulos para vehículos eléctricos asequibles, apoyo a la producción de baterías en territorio comunitario y ajustes en el etiquetado para que los consumidores tengan información más clara sobre las emisiones, con la intención de dinamizar la adopción de automóviles eléctricos y equilibrar los intereses industriales con los climáticos.

Reacción española y propuesta alternativa

España, respaldada en parte por Francia, ha defendido en Bruselas que la prohibición de la venta de coches con motores de combustión en 2035 debe mantenerse sin modificaciones. En una carta dirigida a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, Sánchez pidió mantener esa fecha límite y evitar cualquier relajación normativa que pueda retrasar inversiones en electrificación o reducir la demanda de vehículos eléctricos.

Además, el presidente del Gobierno español ha abogado por medidas complementarias, como establecer un mínimo de contenido producido en la Unión Europea para los vehículos, potenciar la electrificación de flotas empresariales y fomentar la producción de acero verde, con el objetivo de fortalecer un ecosistema industrial más sostenible y competitivo.

El choque entre la posición española y la postura de otros Estados miembros refleja la división interna en el seno de la UE. Mientras Madrid apuesta por mantener objetivos climáticos más estrictos como estímulo para la innovación y la electrificación, varios países de la Unión insisten en que la modificación de los plazos es necesaria para salvaguardar la industria automovilística tradicional.

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Pedro Sánchez durante la celebración del acto del Pacto de Estado ante la emergencia climática, celebrado en Madrid.

El mercado del vehículo eléctrico

El mercado de vehículos eléctricos ha mostrado un crecimiento sostenido en los últimos años, impulsado por políticas de incentivo, mejoras tecnológicas y una mayor concienciación medioambiental. Sin embargo, la transición no ha sido uniforme entre los distintos países europeos, y las ventas de automóviles eléctricos aún dependen de factores como la infraestructura de carga, los costes de adquisición y las políticas de apoyo gubernamentales.

Sánchez ha advertido de que cualquier retroceso en los compromisos climáticos podría frenar la demanda de vehículos eléctricos y, por ende, ralentizar la transformación del sector automovilístico europeo, con posibles efectos negativos sobre la competitividad de las empresas y la creación de empleo en el largo plazo.

Las reacciones a la propuesta de la Comisión Europea han sido variadas. Mientras algunas asociaciones industriales consideran que una mayor flexibilidad normativa puede proporcionar un respiro necesario a los fabricantes, grupos ecologistas han criticado la decisión, argumentando que debilita la agenda climática de la Unión y reduce los incentivos para la adopción de vehículos eléctricos.