La nueva baliza V16, que sustituirá al triángulo de emergencia y será obligatoria en España a partir del 1 de enero de 2026, llega con la promesa de mejorar la seguridad en carretera mediante una señal luminosa y una geolocalización automática en la plataforma DGT 3.0. Sin embargo, los primeros ensayos y las quejas de usuarios han puesto de manifiesto discrepancias entre la homologación teórica y la eficacia práctica de estos dispositivos.
Según la documentación técnica de las especificaciones de la GT, la baliza debe emitir un haz luminoso visible hasta 1 kilómetro de distancia en condiciones favorables y en 360 grados de cobertura horizontal. Además, al estar conectada transmite la posición del vehículo inmovilizado a los carteles informativos y navegadores, lo que da como resultado una ‘visibilidad virtual’ complementaria a la luz física. Estas especificaciones forman parte de los requisitos de homologación incluidos en los documentos oficiales de la DGT.
No se porque os quejáis tanto de la baliza V16, si es genial y se ve a kilómetros pic.twitter.com/NUDkScajQq
— Neodel (@Neodel) November 21, 2025
La realidad y el papel
No obstante, al gunas pruebas reales grabadas por conductores y difundidas en redes sociales contradicen, en parte, lo que asegura la DGT. La amplia oferta de modelos comerciales da como resultado que algunos dispositivos cumplen con una intensidad de luz aceptable, mientras que otros apenas resultan visibles a corta distancia, especialmente de día o con luz solar intensa. En determinadas posiciones y ángulos de visión la señal se atenúa hasta el punto de no ser fácilmente perceptible desde varios centenares de metros.
La DGT defiende, por su parte, que la combinación de luz física y señalización digital reduce el riesgo de siniestros secundarios y mejora la gestión del tráfico. Técnicos del organismo insisten en la importancia de es visibilidad virtual: aunque la luz no sea perceptible en todos los escenarios, la geolocalización enviada a la plataforma DGT 3.0 permitirá alertar a otros conductores y a los sistemas de navegación. Además, las autoridades han anunciado un periodo inicial de flexibilidad en la aplicación de sanciones para favorecer la adaptación.
Entre las voces críticas figuran asociaciones y algunos cuerpos de emergencia. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha advertido que prescindir por completo de los triángulos puede ser peligroso en determinadas circunstancias y ha difundido grabaciones donde la baliza, por sí sola, no resulta suficiente para alertar a tiempo. También lotros servicios de emergencias recomiendan mantener los triángulos como complemento en entornos concretos hasta comprobar la eficacia real de las V16.

Además de la visibilidad, emergen otras preocupaciones prácticas: la necesidad de mantener la baliza cargada y accesible, la correcta colocación (en el punto más elevado posible del vehículo) y la fiabilidad de la comunicación con DGT 3.0. También se alude a la heterogeneidad del mercado con intensidades lumínicas que oscilan entre 40 y 700 candelas efectivas y sobre problemas de ciberseguridad y manipulación detectados en análisis independientes, que añaden una capa más de incertidumbre a la implantación masiva.
La baliza V16 tiene potencial para elevar la seguridad vial, pero su eficacia dependerá tanto de la calidad de los dispositivos comercializados como del correcto uso por parte de los conductores y del rendimiento de la red digital que los soporta.