Tal y como dicta ahora la norma, el próximo 31 de diciembre de 2034 se venderá el último coche de gasolina en la historia en Europa. Al día siguiente, con el despertar del año 2035 Europa impedirá, salvo contadas excepciones, la matriculación de turismos con motores de combustión. Esa decisión, tomada hace ahora algo más de dos años, ha cambiado por completo las estrategias y las inversiones de las marcas. Sin embargo, con toda una década por delante, hay quienes no ven nada clara la estrategia de movilidad. El CEO de BMW, Oliver Zipse, acaba de atacar dicha decisión al tacharla de “un gran error”.
No es la primera ni la segunda vez que el mandamás de BMW critica seriamente las decisiones políticas tomadas por el Parlamento Europeo. Zipse considera que apostarlo todo a los coches eléctricos es un “callejón sin salida”. Sin embargo, paralelamente, el Grupo BMW invierte cada vez más dinero en tecnologías y sistemas mecánicos eléctricos. En sus más de 100 años de historia la inversión en el desarrollo de la plataforma Neue Klasse ha sido la más grande de todas. La estructura que alumbrará a una nueva generación de productos, empezando por el nuevo BMW iX3.

BMW quiere que se tengan en cuenta los combustibles electrónicos
A pesar de no haber desvelado las cifras, de varios miles de millones de euros, Zipse cree que no es sensato apoyar una única forma de movilidad, tal y como recoge en una entrevista ahora publicada por Reuters. El ejecutivo alemán considera que establecer una fecha fija para la transición corre el riesgo de ignorar las emisiones de toda la cadena de valor, incluida la producción de las baterías y el abastecimiento de combustible. Zipse insta a las autoridades europeas a considerar los combustibles ecológicos más allá de 2035.
Hace algo más de un año que Europa introdujo una enmienda a la normativa de 2035 para la excepción de los combustibles electrónicos. Estos son compuestos sintéticos generados en laboratorio que consiguen reducir el impacto medioambiental de los motores de combustión. El Parlamento aceptará su uso siempre y cuando quede demostrado que son totalmente inertes en emisiones contaminantes. "Lo absurdo de las normas actuales es que los fabricantes de combustible no tienen objetivos", ha declarado Zipse durante la ya mencionada entrevista.

Europa, las marcas y toda la industria se enfrentan a serias complicaciones. Los cada vez más numerosos aranceles, los gastos disparados y la siempre amenazante presencia de China suponen un reto. Sin embargo, Zipse es optimista para lo que queda de curso. BMW espera cerrar el año con más de 2,5 millones de coches vendidos en todo el mundo. "Estamos por delante de las cifras del año pasado a agosto". Especialmente relevante es, según Zipse, el crecimiento sufrido en Europa. Con la llegada del nuevo iX3 con 800 kilómetros de autonomía homologada BMW espera ampliar sus ventas eléctricas, pero no hay mucho margen de error.