El CEO de Rivian explica qué es lo que todo el mundo entiende mal sobre los coches eléctricos chinos

Rivian ha sabido crearse un hueco en el competitivo mercado eléctrico. La compañía de RJ Scaringe tiene muy claro que China acabará imponiendo sus coches en todo el mundo.

RJ Scaringe se ha convertido en una de las figuras más conocidas de la industria global del automóvil.
RJ Scaringe se ha convertido en una de las figuras más conocidas de la industria global del automóvil.
07/09/2025 06:30
Actualizado a 07/09/2025 06:30

China amenaza la estabilidad del mercado internacional con sus coches eléctricos. Todas las regiones del mundo ya no se preguntan cuándo llegarán a sus fronteras, sino cómo pararlos. La industria china va camino de absorber el mundo, pero hay una pieza del rompecabezas que se exagera cuando hablamos de coches eléctricos producidos en China: el precio. El CEO de Rivian, RJ Scaringe, no teme la llegada de rivales chinos, pero tiene muy claro que el resto del mundo tiene un concepto equivocado sobre las marcas asiáticas. Los coches eléctricos chinos llegarán a todo el mundo, pero “no de la forma en la que muchos creen”.

Si nos vamos a China veremos que hay a la venta una larga lista de coches eléctricos de precio razonable. Coches que en muchas ocasiones cuestan menos de 10.000 euros al cambio y que ofrecen más que interesantes condiciones de uso. El ejemplo más claro y cercano es el del BYD Seagull, bautizado en Europa como Dolphin Surf. En China cuesta algo menos de 10.000 euros al cambio, mientras que en España el precio mínimo sin descuentos es de 23.000. Más del doble por solo algunas modificaciones. ¿Por qué? RJ Scaringe nos saca de la duda durante una entrevista.

Rivian R1
Rivian está desarrollando una nueva generación de coches eléctricos que llegará a Europa.

Los coches chinos son tecnológicamente mejores

Los coches chinos tienen que adaptarse a las normativas de seguridad de Europa y/o Estados Unidos, lo que supone realizar modificaciones en su estructura, diseño o tecnología. También hay que sumar el hecho de que el transporte conlleva un coste y, por último, la figura cada vez más habitual de los aranceles. Estados Unidos y Europa han levantado muros económicos que tratan de frenar la avalancha de productos baratos llegados desde el este. Europa y China llevan meses negociando precios para sus coches eléctricos, pero da igual. Los precios de China serán imposible de igualar en Europa.

Las marcas asiáticas tienen enormes ventajas fiscales y grandes apoyos gubernamentales que les permiten tirar por tierra los precios. La batalla comercial establecida en torno al coche eléctrico chino es insostenible. RJ Scaringe cree que el resto de marcas debe prepararse para la llegada de muchos modelos chinos, pero la obsesión del precio es, según él, errónea. “Lo alarmante, si se analiza la industria en su conjunto, es que la tecnología es mucho mejor”, ha dicho refiriéndose a la industria china de coches eléctricos. “Si yo fuera un fabricante ya existente, me preocuparía menos por el coste y me centraría más en que los coches son realmente mejores”.

Rivian Volkswagen
Rivian se ha asociado con Volkswagen en una alianza histórica.

Los coches chinos cuentan con potentes y deslumbrantes sistemas de infoentretenimiento que atraen al gran público con un rápido vistazo. Sus arquitecturas suelen tener más en común con el mundo de la electrónica de consumo que con los sistemas automotrices tradicionales. Eso implica actualizaciones de software frecuentes y sustanciales, similares a las que también ofrecen Tesla y Rivian. Las empresas chinas también pueden desarrollar nuevos modelos en meses, en lugar de años. Algunos vehículos eléctricos pueden cargarse a velocidades increíblemente altas. Además, cada vez son más los clientes que perciben una calidad de construcción similar a la de un coche europeo.

El fundador de Rivian no ha sido el único en lanzar la voz de alarma. Recientemente, el CEO de Ford, Jim Farley, ha reconocido que la forma en la que China se ha apoderado de la industria del automóvil ha sido “la experiencia más humillante que he visto en mi vida”.