Europa necesita encontrar la fórmula con la que poder popularizar el coche eléctrico entre los conductores europeos. Las cifras demuestran que si bien las matriculaciones siguen creciendo -el año está siendo mucho mejor de lo esperado- todavía estamos muy lejos de las proyecciones de principios de la década. El coche eléctrico sigue siendo algo lejano para el común de los mortales por culpa de, entre otros motivos, del precio. Ahora, Europa lanza una nueva propuesta con la que derribar la barrera monetaria, aunque algunos países quieren que las medidas también se apliquen a los coches de combustión.
Acercarse a cualquier concesionario a día de hoy es descubrir que los precios de los coches están por las nubes. Lo que antes costaba poco más de 10.000 euros hoy cuesta casi el doble. Los precios se han incrementado casi un 40% en los últimos años por culpa de la pandemia y de los muchos conflictos que rodean a Europa. Ante esta situación la edad media del parque de vehículos es cada vez mayor. Países como España ya superan los 15 años de media en turismos y más de 17 en vehículos industriales. Europa se ha dado cuenta de que necesita una política común que beneficie a todos los países.

Coches pequeños y utilitarios eléctricos por 15.000 euros
Durante esta semana han llegado noticias alentadoras desde la Comisión Europea. La cámara alta quiere lanzar antes de que acabe el año una nueva normativa para reducir el precio de los coches más pequeños. Stéphane Séjourné, vicepresidente ejecutivo de Industria de la Comisión Europea, ha sido el encargado de anunciar las primeras medidas que Europa espera implantar, tanto a nivel técnico como económico. Varios fabricantes llevan presionando durante mucho tiempo para su implantación. Renault y Stellantis son las marcas que más han apoyado la medida. Al igual que la ACEA (Asociación de Fabricantes de Automóviles de Europa).
A nivel técnico, Europa podría introducir la figura de los Kei-Car japoneses. Coches urbanos con medidas muy acotadas. Con una longitud máxima de 3,8 metros, 1,70 metros de ancho, 2 metros de alto y 2,2 metros de distancia entre ejes, se situarían en el extremo inferior del segmento A. Su peso no deberá exceder de los 1.000 kilogramos ni su potencia de 70 caballos. Serán coches predominantemente urbanos, aunque podrán circular por todo tipo de carreteras. Insistimos que son propuestas lanzadas por Europa. En ningún caso son datos técnicos definitivos, aunque es poco probable que se vean alterados ya que cuentan con el respaldo de las marcas. Bruselas quiere aprobar la medida antes de acabar el año.

En cuanto a precio, la Comisión Europea está colaborando con todas las partes interesadas, marcas y gobiernos, para fijar una propuesta económica que satisfaga a todos. El propio Séjourné ha reconocido que Europa está pensando en una horquilla de precios de entre 15.000 y 20.000 € para el segmento de los utilitarios. Es decir, coches del tamaño de un Renault 5 que hoy difícilmente reducen sus precios por debajo de la frontera de los 20.000 euros. Ahora bien, no se sabe de qué manera quedará impuesto el precio. Se desconoce si es Europa la que asumirá parte del coste del vehículo o si serán los gobiernos locales, financiados por Bruselas, los que ejecuten los descuentos.