Lo que parecía imposible ha ocurrido: un conductor de un Dodge Charger eléctrico fue sancionado en Minnesota por tener un “escape demasiado ruidoso” y por “alterar el orden público”. La paradoja es evidente: el vehículo no tiene motor de combustión ni sistema de escape.
El afectado, identificado como Mike, relató a Distressed Media que la detención se produjo en la ciudad de Stillwater, conocida por sus estrictas ordenanzas contra la contaminación acústica. Según explicó, se encontraba detenido en un semáforo “a unas ocho posiciones del primer coche” cuando el vehículo que lideraba la fila aceleró de forma agresiva al ponerse en verde. En ese momento, un coche patrulla que estaba en el cruce dio la vuelta y lo detuvo al protagonista de esta historia.
El sonido de la ¿discordia?

El Charger Daytona eléctrico cuenta con un dispositivo bautizado por Dodge como Fratzonic Chambered Exhaust, un sistema de altavoces diseñado para simular el rugido de un motor de gasolina V8 tradicional. Esta idea, pensada para mantener la conexión emocional con los muscle cars de gasolina, genera vibración y sonido, pero no proviene de un escape real.
El agente, sin embargo, no quiso escuchar explicaciones. “El policía se acercó y me dijo directamente que mi coche hacía demasiado ruido y estaba perturbando la paz. Intenté explicarle que era un eléctrico y que no tiene escape ni motor de gasolina, pero me respondió que no iba a discutir conmigo”, contó Mike. Además de la sanción por “ruido excesivo”, el conductor recibió otra multa por no llevar matrícula delantera. La realidad es que el sonido artificial podría haber sido lo que escuchó el agente, aunque el conductor le ha echado la culpa a otro coche. Como sea, son dos versiones de la historia, y en todo caso no sería adecuado multar por el concepto de “escape ruidoso”.
Un caso en el limbo judicial
Lo más sorprendente es que, meses después del incidente, el caso sigue sin resolverse. Mike asegura que ha llamado semanalmente al juzgado durante las últimas diez semanas para fijar fecha de audiencia, pero el expediente aún no aparece en el sistema. “Parece que ni siquiera han registrado la multa. Tal vez el tribunal reconoce lo absurdo de multar a un coche eléctrico por un escape que no existe”, ironizó el conductor.
Este incidente pone sobre la mesa un debate cada vez más frecuente en la era de los vehículos eléctricos: el uso de sonidos artificiales. Muchas ciudades han aprobado normativas que exigen a los fabricantes dotar a los coches eléctricos de sonidos externos para alertar a peatones, sobre todo a baja velocidad. Pero en el caso de Dodge, el objetivo no es la seguridad, sino recrear la experiencia visceral de los muscle cars tradicionales.
La paradoja es que esta innovación, pensada para tratar de satisfacer a los puristas, podría convertirse en fuente de conflictos legales, sobre todo en localidades con legislaciones estrictas sobre el ruido.
De momento, Mike sigue esperando una resolución. Podría ser que el caso quede en nada, o que se convierta en un precedente curioso sobre cómo la transición hacia la movilidad eléctrica choca con normativas pensadas para la era del motor de combustión. Mientras tanto, queda la anécdota: solo un Dodge Charger eléctrico podría ser multado por el sonido de un escape que no tiene.