Con el paso del tiempo, ya se puede ir hablando de la manera en la que envejecen algunos coches eléctricos, y con Tesla es más fácil porque tiene un largo recorrido en el mercado de los vehículos cero emisiones, y ha vendido un gran número de automóviles por todo el mundo. En Noruega han detectado un problema bastante serie, y que no tuvieron en cuenta los de Elon Musk.
Lo que dicen en talleres de reparación y desguaces del país es que están encontrando problemas de óxido en unidades del Tesla Model 3, y curiosamente aparecen en zonas en las que los coches de combustión tradicionales no los suelen presentar.
Elon Musk no tuvo en cuenta este detalle

Matti Funderud, un experto en protección contra la oxidación, ha sido una de las personas que ha alzado la voz respecto a lo que está ocurriendo con el Tesla Model 3. Asegura que “se oxida de maneras inusuales y sorprendentes” y que como “Tesla diseña sus coches en California”, lo pasarían por alto porque allí “la oxidación no es una preocupación importante”.
Funderud dirige un taller de reparación en Noruega y no es la primera vez que se encuentra con un problema similar, aunque afecta especialmente al Tesla Model 3, y en menor medida al Tesla Model Y. Dice que “el óxido suele empezar alrededor de los tornillos que sujetan la baterías y se extiende por las cavidades”. También reconoce que los tornillos sí que están tratados, pero eso no hace que sean resistentes a la oxidación.
Esto da problemas a la hora de realizar mantenimientos y reparaciones
El hecho de que los 16 tornillos que sujetan el paquete de baterías se oxiden, puede dificultar la extracción del mismo para las tareas de mantenimiento o sustitución, y lo cierto es que seis años apunta a ser poco tiempo como para que el estado de oxidación sea tan alto en algunos casos.
Además de en esta zona crítica, el óxido también aparece bajo el capó y se extiende por cables expuestos, y que se acerque a la zona de la unidad que controla el ABS “puede afectar a la seguridad”, reconoce Funderud.
Los frenos y el sistema de suspensión son otras partes que tienen problemas de óxido, y lo peor es que aparece en zonas poco habituales, lo que dificulta las reparaciones del coche. Otra de las críticas del experto en óxido en los coches está relacionada con la pintura del automóvil, pues no afecta a la seguridad pero sí a la estética. En concreto, habla de una falta de tratamiento contra el desgaste, que se hace más notable en el guardabarros delantero. Por tanto, empieza a desprenderse, y esas zonas acaban oxidadas.