El aumento de ventas de los coches eléctricos a nivel global conlleva que cada día aprendamos cosas nuevas y surjan nuevas investigaciones sobre esta tecnología. Esta vez no nos referimos a características, prestaciones o nuevos modelos, sino a sensaciones. Y es que un experto ha explicado por qué es común que las personas sufran mareos la primera vez que se suben a un coche eléctrico.
Si alguien lo ha pensado, nada tiene que ver con los caballos, ya que los eléctricos se caracterizan por ofrecer potencias más elevadas que sus homólogos de combustión, y esto se traduce en aceleraciones muy rápidas. La realidad es que esto también puede derivar en mareos para cualquier persona, pero no es el principal causante.
“Todo está relacionado con el cebrero”
El experto William Emond ha investigado este suceso en la Universidad de Tecnología de Belfort-Montbéliard (Francia), y explica el fenómeno: “El cerebro está acostumbrado a anticipar el movimiento del coche por señales como el ruido del motor, las vibraciones o el cambio de marcha. En un eléctrico, todo esto desaparece, y el cerebro se queda sin referencias”.
Por tanto, la ciencia aclara que el cerebro humano necesita tiempo para adaptarse a un tiempo de movilidad totalmente diferente. “Cuando el cerebro no tiene experiencia previa en ese entorno, necesita un periodo de adaptación”, afirma Emond. No obstante, el experto también aclara que los síntomas suelen desaparecer con el tiempo.
El motivo por el que se produce el mareo es porque el cerebro manda mensajes contradictorios. Esto se produce cuando el oído dice que te mueves, pero los ojos y el cuerpo no lo notan. Los conductores son quien menos pueden llegar a sufrir este problema, ya que al estar conduciendo saben cuando acelerar, frenar o girar. Son los pasajeros los que no lo saben, y los que tienen más papeletas para sufrir el temido mareo.
Emond asegura que la frenada regenerativa de los eléctricos es otro elemento que puede alterar el equilibrio de los pasajeros, ya que las desaceleraciones inducidas por este sistema son una fuerza de movimiento que puede derivar en mareos.
Otro avance tecnológico que provoca esta desagrdable situación es la creciente presencia de pantallas cada vez más grandes y numerosas en el interior del vehículo. El estudio asegura que dichas pantallas sobrecargan a los usuarios con información visual, de modo que les disuade de mirar hacia fuera. Por tanto, pierden la capacidad de captar las señales visuales del exterior. Las investigaciones vinculan que hasta el 40% de los síntomas de mareo en el coche se producen por las pantallas.
Aunque las causas exactas del mareo por movimiento aún no están claras, la ciencia asegura estar trabajando para encontrar soluciones. Por ejemplo, con el uso de señales visuales, auditivas y táctiles para ayudar a los usuarios a percibir y anticipar mejor los movimientos del vehículo, así como la programación de un estilo de conducción cómodo que limite las aceleraciones repentinas.