La start-up británica Advanced Electric Machines (AEM) ha dado un paso clave en su consolidación al firmar un acuerdo de desarrollo con uno de los mayores proveedores de automoción del mundo, valorado en una cifra de siete dígitos. El socio no ha sido revelado, pero se trata de un grupo con una facturación anual de decenas de miles de millones de euros.
La empresa, surgida en 2017 como un spin-off de la Universidad de Newcastle, se especializa en motores eléctricos sin imanes permanentes ni tierras raras, una innovación que podría reducir significativamente los costes de producción y la dependencia de materiales críticos como el neodimio o el disprosio.
Tecnología sostenible y libre de materiales críticos

A diferencia de la mayoría de los motores eléctricos utilizados actualmente (que requieren tierras raras para sus imanes), los propulsores de AEM se fabrican exclusivamente con materiales reciclables y de fácil acceso, como el acero o el aluminio. La compañía asegura además que su tecnología prescinde incluso del cobre, un material aún presente en los motores asíncronos o de excitación separada empleados por fabricantes como BMW.
El CEO y cofundador de AEM, James Widmer, destaca que esta elección de materiales ofrece ventajas tanto económicas como medioambientales. “La extracción de tierras raras está asociada a un grave impacto ecológico, desde la liberación de residuos radiactivos hasta la devastación de zonas mineras enteras”, advierte el directivo.
Contexto global: la dependencia de China
La apuesta por eliminar las tierras raras cobra especial relevancia en un momento de tensión comercial entre China y Estados Unidos, principales actores del mercado global de estos materiales. El suministro se ha vuelto cada vez más incierto, afectando no solo a la industria automotriz, sino también a sectores estratégicos como los semiconductores, la defensa o la energía eólica.

En este contexto, AEM representa una alternativa tecnológica capaz de reducir la vulnerabilidad de las cadenas de suministro occidentales, un objetivo que la compañía considera prioritario.
Un futuro prometedor tras años difíciles
A pesar de su potencial, AEM ha atravesado dificultades financieras en los últimos años. En 2022, la empresa registró ingresos por 5 millones de libras, que cayeron a 2,2 millones en 2023 antes de recuperarse ligeramente hasta 2,9 millones en 2024. Sin embargo, las pérdidas aumentaron hasta 8,3 millones de libras, debido en parte a la quiebra de uno de sus principales clientes, Tevva Electric Trucks.
Con la nueva alianza industrial y la incorporación de un fabricante alemán de ejes para vehículos comerciales como cliente, la compañía parece retomar el rumbo. Widmer asegura que sus motores están listos para entrar en producción en serie a finales de la década, con rendimientos incluso superiores a los de los motores de imanes permanentes tradicionales.
“Tenemos millones de kilómetros de uso real que demuestran que esta tecnología funciona sin tierras raras y supera lo que estamos reemplazando”, afirmó Widmer en declaraciones al diario The Times.
Con esta alianza, AEM no solo refuerza su posición como pionera en propulsión sostenible, sino que también se perfila como un actor estratégico en la carrera por una electrificación más limpia, segura y europea.