Hace más de 10 años, cuando llegaron al mercado los primeros coches eléctricos comerciales, muchos detractores ponían toda su atención en las baterías para intentar atacar la movilidad sostenible. Sin embargo, el tiempo les ha quitado la razón sistemáticamente. Las baterías están demostrando ser mucho más estables y fiables de lo que todos imaginábamos. Si no te lo crees, no hay nada mejor que seguir la pista de millones de conductores. Proteger la salud de la batería es mucho más sencillo de lo que imaginas, tal y como demuestra este propietario de un Tesla Model 3.
Puede que al principio, muy al principio, de la era eléctrica las baterías pudieron suponer un problema de fiabilidad, pero a día de hoy no. La evolución de las pilas, las químicas y los materiales ha permitido mejorar no sólo el rendimiento, también la durabilidad. Hoy, vemos cómo los coches eléctricos son capaces de recorrer cientos de miles de kilómetros sin apenas degradarse. Las garantías oficiales se extienden cada vez más. La mayoría de los fabricantes ofrece 8 años o 160.000 kilómetros. Aseguran que en esos plazos pueden mantener más del 80% de su capacidad original. Andy Slye demuestra que esa cifra puede ser aún mejor.

Dos únicos consejos prácticos para mantener la salud de tu batería al máximo
Se trata de un usuario y seguidor de Tesla muy activo en redes sociales, principalmente en YouTube, donde sube contenido centrado en su experiencia personal como usuario diario de coche eléctrico. Este americano cuenta con un Model Y y un Model 3 en su garaje. En este caso, nos vamos a centrar en la berlina, su coche más antiguo. Con él ha recorrido ya la friolera de 135.000 millas, unos 217.000 kilómetros. Uno podría esperar que, tras semejante kilometraje, la batería podría haberse visto afectada por una bajada de rendimiento, pero los datos demuestran que no es así.
Cabe la pena mencionar que su Model 3 está equipado con una batería especialmente delicada porque cuenta con una química NCA (Níquel, Cobalto y Aluminio). Frente a las más modernas baterías de iones de litio (también terciarias, pero NCM) o LFP, presenta el inconveniente de ser más sensible frente a largos procesos de carga. Sometidas a ciclos constantes de carga y descarga, las baterías NCA sufren una degradación acelerada. Esto por sí solo da un poco más de valor a los resultados. Tras años de uso y cientos de miles de kilómetros recorridos, la batería de su Model 3 todavía mantiene un 95% de su capacidad original. ¿Dónde está el secreto?
Andy da dos consejos principales. El primero de ellos es realizar la carga en puntos de baja potencia. Él carga principalmente en casa mediante tomas de Nivel 1 o 2, y eso que cuenta con varios millones de kilómetros de cargas gratuitas en la red de Supercargadores de Tesla.
El segundo consejo es que nunca debe superarse el 80% de la capacidad de la batería a la hora de cargar. Al llegar a ese punto, la recarga se paraliza. Con la autonomía obtenida es más que suficiente para el día a día y sólo en momentos puntuales supera esa cota. Y ya está. No hay más secretos.