Mercedes, como marca (y como han hecho otros de sus rivales), ha adoptado un enfoque más conservador con los coches eléctricos. Los tiene en su gama y cada vez añadirá más modelos, pero estos van a convivir con automóviles de combustión siempre que sea posible. Ese enfoque parece que no se aplicará únicamente a sus modelos convencionales, también podría llegar a lo que es su tope de gama, el Mercedes-AMG GT.
El GTXX Concept ha creado sensación en los últimos meses y, más allá de ser un prototipo, es la antesala de un vehículo eléctrico que será el reemplazo del GT Coupé de cuatro puertas. Sin embargo, la marca no había hecho referencia a crear una versión de cero emisiones del GT de dos puertas, hasta ahora en el Salón del Automóvil de Múnich.

Entre lo emocional y lo racional
Michael Schiebe, director de AMG, ha hablado con Autocar sobre el futuro del GT y ha sorprendido al desvelar que la firma alemana está sopesando seriamente crear una versión eléctrica del modelo: “Hay un debate emocional y otro racional. Emocionalmente, sí, deberíamos hacerlo. La pregunta es si existe un mercado lo suficientemente grande como para justificar la inversión necesaria. Al menos desde el punto de vista tecnológico, sabemos cómo hacerlo”.
“Actualmente, estamos intentando comprender la situación del mercado. Y luego definimos el panorama objetivo de ese coche específico”, comenta, y es que para llevar a cabo un proyecto de estas características hay que analizar el mercado y ver cuál es el tipo de cliente al que va a ir dirigido el modelo. Una versión eléctrica tendría un enfoque muy similar a la térmica, que Schiebe señala que es vista por sus compradores como un segundo coche para disfrutar de la conducción.
Este GT eléctrico está todavía en el aire, pero la compañía podría adaptar su desarrollo en función de cómo evolucione el mercado. Así, si el interés por los vehículos deportivos de baterías aumentase repentinamente, podrían acelerar el programa de desarrollo.

Eléctrico sí, pero junto a las versiones de combustión
En caso de hacerlo realidad, la marca seguiría el mismo enfoque que con el resto de su gama: la versión de cero emisiones coexistiría con las de combustión. El motivo es meramente económico, pero también lógico, puesto que el GT térmico rinde bastante bien a nivel comercial dentro de que es un vehículo de nicho: “Diría que estamos teniendo mucho éxito con nuestro GT de dos puertas con motor de combustión. Así que nos centraremos en eso primero, y luego veremos cuándo es el momento adecuado para lanzar un vehículo eléctrico de dos puertas”.
El punto de vista de AMG es uno muy racional: se desarrolla el producto si, con un estudio de mercado y las cifras delante, se ve que sea tanto viable económicamente como que va a tener una demanda potencial por parte de los clientes.
“Queremos tener éxito en términos de tecnología y rendimiento, pero también en términos económicos. Hacemos todo lo que, digamos, merezca la pena invertir. Y, por el momento, diría que tenemos más éxito invirtiendo en nuestra plataforma de dos puertas con motor de combustión que en la eléctrica. Pero aquí somos flexibles, muy flexibles porque revisamos constantemente nuestra cartera y la analizamos”, apunta.
Sin embargo, Schiebe tiene claro que el posicionamiento y el enfoque del GT no es, por ejemplo, el mismo que el de un Mercedes GLC, es un vehículo halo, un vehículo insignia que demuestra a qué extremos puede llegar la marca. Es por eso que el aspecto meramente comercial no es tan determinante: “A veces fabricas un coche que no es el más rentable, pero lo haces porque es muy importante para la marca y debes hacerlo porque la define”.