ADAC compara la pérdida de autonomía de los coches eléctricos en climas fríos: ¿Cuál es el mejor?

La asociación automovilística ha querido comprobar la pérdida de autonomía que sufren tres de los coches eléctricos actualmente en el mercado en condiciones reales y las ha comparado con las pruebas de consumo de Green NCAP, que se realizan en laboratorio.

 ADAC pone a prueba la pérdida de autonomía de varios coches eléctricos en climas fríos.
ADAC pone a prueba la pérdida de autonomía de varios coches eléctricos en climas fríos.
07/03/2022 11:54
Actualizado a 07/03/2022 11:55

La asociación automovilística alemana ADAC (Allgemeine Deutsche Automobilclub) ha comprobado la pérdida de autonomía en climas fríos que sufren varios de los coches eléctricos actualmente presentes en el mercado. Las pruebas se realizaron con un Renault Zoe, un Peugeot e-208 y un Volkswagen ID.3 y se compararon con los resultaos obtenidos de las pruebas realizadas por Green NCAP, el programa de evaluación de vehículos ecológicos de Euro NCAP.

Para los coches eléctricos, el frío es un gran enemigo porque ataca directamente contra uno de sus hándicaps: la autonomía. Aun cuando muchos de ellos ya cuentan con autonomía homologadas por encima de los 400 kilómetros, muchos automovilistas todavía la consideran escasa incluso en climas templados. 

Esta pérdida de autonomía es causada por dos condicionantes: la necesidad de mantener la temperatura de la batería en un rango óptimo de funcionamiento y la necesidad de calentar el habitáculo. Para que una batería funciones de manera óptima debe trabajar en un rango de temperaturas comprendido entre los 20 y los 40°C. Por debajo de él, la reacción química que carga y descarga la batería se vuelve menos eficiente. Los fabricantes se esfuerzan por calentarla, pero a cambio cuando la temperatura es muy baja el requerimiento de energía, que procede de la propia batería, es muy alto. Por otro lado está la necesidad de calentar el habitáculo, para lo que se buscan soluciones de bajo consumo como las bombas de calor, los asientos y volantes calefactados o los sistemas que solo calientan la zona del coche donde está el conductor.

La prueba de ADAC

ADAC es uno de los clubs automovilistas más influyentes del mundo. Con sede en Múnich y 19 millones de asociados, está considerado como el segundo más importante solamente superado por su versión estadounidense. Su labor es ofrecer servicios relacionados con la movilidad y consejos. En este caso, la organización llevó a cabo sus propias mediciones de autonomía realizando un recorrido a cero grados y otro a 20 grados centígrados con tres modelos de coches eléctricos: un Renault Zoe, un Peugeot e-208 y un Volkswagen ID.3.

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Mediciones de consumo ADAC a 0 y 20 grados centígrados, en un recorrido de 100 kilómetros. El Renault Zoe y el Peugeot e-208 limitan su pérdida de autonomía a un 31 %, mientras que el Volkswagen ID.3 llega al 30 %.

Para ello ha realizado un viaje de 100 kilómetros con los tres y en condiciones idénticas. El resultado fue un aumento del consumo del 21% en clima frio en los casos del Renault Zoe y el Peugeot e-208, y del 30% en el del Volkswagen ID.3.

Estos datos coinciden con las pruebas realizadas por Green NCAP el programa de evaluación de vehículos ecológicos organizado y respaldado por el Programa de evaluación de automóviles nuevos en cooperación con los gobiernos europeos. Sus pruebas se basan en el protocolo WLTP estandarizado, y se establecen con un recorrido de tan solo 23 kilómetros sobre en banco. Esta corta distancia refuerza aún más el impacto del calentamiento inicial de la batería y el habitáculo. En estas condiciones, mientras el ID.3 logra una autonomía de 324 kilómetros realizando este ciclo a 14 grados, se queda en la mitad a -7 °C. En esta prueba, que mejor consigue limitar la pérdida es el Fiat 500e, aunque el consumo de combustible aumenta en un tercio y la pérdida de autonomía se reduce en un 25 %.

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Mediciones de consumo de Green NCAP a +14 y -7 grados centígrados, en el ciclo WLTP.

Consejos para limitar la pérdida de autonomía

ADAC da algunos consejos para limitar estas pérdidas. El primero es aprovechar una de las ventajas de los coches eléctricos frente a los modelos térmicos: la posibilidad de programarlos para que se precalienten antes de salir a la carretera, aprovechando la fase de recarga. La energía para realizar esta operación procederá de la red eléctrica, no de la batería, y la operación solo llevará unos quince minutos. 

También es aconsejable, dentro de las posibilidades de cada uno, favorecer el estacionamiento en un garaje cerrado. Equipar el vehículo con un volante y con asientos calefactados también reduce las necesidades del uso de la calefacción convencional, que puede configurarse a una temperatura inferior, puesto que son sistemas mucho más eficientes energéticamente.

Climatisation arrière/Commandes sièges chauffants
Los asientos y el volante con calefacción son significativamente más eficientes energéticamente que la calefacción principal.

Por último, no es necesario temer por lo que ocurrirá en el caso de que un coche eléctrico se quede atrapado en un atasco por una gran nevada. Según ADAC, en estas condiciones (entre -9 y -14°C), con el motor apagado, la batería alimentando solo la calefacción y manteniendo la temperatura interior en 22 grados, un Renault Zoe tardaría 17 horas en descargar su batería de 52 kWh y un Volkswagen e-up! 15 horas para acabar con los 32,3 kWh de batería. Tiempos todos ellos suficientes para que la situación se asiente.

Sobre la firma
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Gonzalo García

Redactor y probador especializado en vehículos eléctricos y movilidad sostenible. Escribe en Híbridos y Eléctricos desde 2017. Es ingeniero de Caminos por la Universidad Politécnica de Madrid y Técnico especialista en vehículos híbridos y eléctricos por la SEAS. Ha trabajado en medios como Movilidad Eléctrica y Km77.