BMW confirma el primer M3 eléctrico: por qué el futuro de los deportivos ya no pasa por los motores de gasolina

Frank van Meel, CEO de BMW M, alude a la complejidad del mercado y a las normativas de emisiones como motivos para diversificar sus productos.

BMW M3 eléctrico
El M3 eléctrico se está desarrollando en paralelo con el de combustión.
13/11/2025 14:30
Actualizado a 13/11/2025 15:13

Las marcas ya han demostrado que la tecnología de cero emisiones es capaz de llevar las prestaciones a un nivel completamente nuevo, y los fabricantes afinan sus estrategias para integrarla en sus deportivos eléctricos. En BMW lo tienen especialmente claro: el futuro de sus modelos M pasa por la electrificación, y por eso están preparando el terreno para que sus deportivos de próxima generación abracen plenamente este cambio.

En este contexto, TopGear ha podido conversar con Frank van Meel, CEO de BMW M, sobre varios aspectos clave: desde el desarrollo del futuro BMW M3 eléctrico, que ya empieza a tomar forma, hasta los retos que supone dirigir una división deportiva en plena transformación tecnológica.

bmw i3
Este prototipo adelanta cómo podrá ser el BMW M3 eléctrico.

El BMW M3 eléctrico está en camino

Es un secreto a voces que ya se ha confirmado: BMW está desarrollando su primer M completamente eléctrico. Estará basado en el M3 que, a su vez, derivará del nuevo BMW i3 de la Neue Klasse. La marca alemana es consciente de que no todo el mundo quiere modelos de cero emisiones todavía, especialmente dentro del ámbito de las altas prestaciones, así que ha optado por un enfoque dual: coexistirá con el M3 térmico. De hecho, ambos deportivos comparten también el mismo equipo de desarrollo.

“Somos una empresa muy pequeña, así que no podemos tener dos departamentos separados. Somos demasiado pequeños para eso. Por eso tenemos grupos de desarrollo como Ingeniería de Chasis y Dinámica del Vehículo: las mismas personas trabajan en ambos coches. Claro que hay cierta división en los equipos de transmisión, pero el responsable de la electrificación también participa en el motor de combustión EU7”, comenta.

El directivo reconoce que la llegada de un M3 eléctrico generará cierta polémica, pero asegura que, curiosamente, es la versión que está despertando más interés: “Lo curioso es que, si te fijas en los proveedores, por ejemplo en Nürburgring, puedes oír un poco lo que les gusta y lo que no. Todos quieren conducir el eléctrico porque dicen: ‘¡Esto es una locura!’”.

La dificultad de dirigir una división como BMW M

Al preguntarle cómo es posible cumplir con todas las exigencias —objetivos, expectativas de los aficionados, demandas de los accionistas, etc.— y si esto es cada vez más complicado, se sincera: “En realidad, no. Para mí es como en las carreras: el equilibrio de rendimiento cambia constantemente. Cuando te acostumbras a eso, simplemente tienes que anticiparte”.

“¿Qué harías si alguien te penaliza con más peso en el coche, o con menos potencia, o con una aerodinámica diferente? Lo mismo ocurre con la regulación. ¿Qué pasa si el mundo cambia en una dirección? ¿Cuál sería tu respuesta tecnológica? Así que me gusta bastante, porque creo que ese es el mayor desafío para cualquier director ejecutivo ahora mismo: averiguar cómo prepararse para una situación muy incierta y responder a cualquier posible cambio en la demanda. Pero si esperas a que cambie, es demasiado tarde, porque se necesitan al menos cuatro años para tener los productos listos”, explica.

Esa capacidad de adaptación es cada vez más importante, especialmente en mercados tan complejos como los europeos, donde la normativa de emisiones obliga a introducir progresivamente coches eléctricos.

“El mundo está cambiando muy rápido y cada país es diferente. Si observamos Europa, vemos que está dividida en norte, sur, este y oeste. En los países nórdicos, creo que el 90 % de los vehículos ya son eléctricos, mientras que en los países del este la tendencia se inclina hacia los motores V8”, señala.

“En el Reino Unido existe una política estricta sobre las emisiones de CO₂. En Francia, las emisiones están penalizadas: por un M2 este año se pagan 70.000 euros en impuestos sobre las emisiones durante tres años. El año que viene serán 80.000 euros y al siguiente 90.000… además de un impuesto por peso. Por lo tanto, es necesario contar con una cartera diversificada. Y ese es nuestro principal esfuerzo actualmente: que, si un país modifica su normativa sobre las emisiones de CO₂, podamos adaptarnos rápidamente a las nuevas exigencias”, concluye.