Japón tiene un problema de espacio. La isla principal, Honsu, alberga algunas de las ciudades más grandes del mundo, entre ellas Tokio. La cosmopolita capital japonesa es la urbe más masificada del mundo con más de 37 millones de habitantes. Moverse resulta complicado, pero no tanto gracias a los key-car. Coches pequeños, pero espaciosos que durante décadas han sido los más populares del país. BYD quiere ahora atacar al corazón de la industria automovilística japonesa con un key-car eléctrico que ya está desarrollando. La primera unidad de pruebas ya se ha dejado ver circulando. ¿Tendría lógica exportarlo a Europa? Algunas marcas ya piensan en ello.
Durante mucho tiempo se ha especulado con la posibilidad de adoptar la mentalidad automovilística japonesa. Si bien Europa disfruta de los híbridos de Toyota, Nissan u Honda, no disfrutamos de sus verdaderos coches urbanos. Los key-car se rigen bajo una normativa específica y muy concreta. Sus medidas están claramente delimitadas, al igual que su rendimiento. A pesar de que son pequeños y tienen muy poca potencia, son los coches preferidos de los japoneses. A veces, no sólo es una cuestión de gusto, también de obligación. El gobierno japonés no te deja comprarte el coche que quieres, sino que este debe ajustarse a la plaza de garaje y no al revés. El aparcamiento en Japón es muy apreciado.

BYD ha desarrollado una nueva plataforma para ajustarse a la normativa japonesa
En ningún caso un key-car debe superar la barrera de los 3,4 metros, pero ahora mismo el BYD más pequeño que existe, el BYD Dolphin Surf, es bastante más grande, 3,99 metros de largo. Resulta raro decir que un coche que no llega a los 4 metros es grande, pero según el concepto japonés así es. La multa de pruebas de BYD que ha sido detectada se ajusta a las proporciones de un key-car, lo que demuestra que los chinos quieren adentrarse en el mercado japonés con mucha mayor fuera. Actualmente ya ofrecen modelos como el BYD Atto 3 o el BYD Seal. Este último ha sido declarado como el mejor coche eléctrico del país. Logro que no es la primera vez que sucede. En ediciones anteriores el Nissan Sakura había conseguido alzarse con el título.
Los coches eléctricos son una clara minoría en Japón. Apenas un 1% de las ventas totales. Por decirlo de alguna manera, a los japoneses les importa muy poco el coche eléctrico y a pesar de ello sus ciudades se sitúan en los puestos más bajos en contaminación. A BYD no le asusta esta estadística y sabe que aunque vendan pocos, el segmento de los key-car es vital para ganar imagen en el país. Más del 40% del mercado total. Según algunos informes publicados en China, los ingenieros de BYD han desarrollado una plataforma completamente nueva. Contará con una pequeña batería de 20 kWh de capacidad con la que conseguirá una autonomía de 180 kilómetros según el protocolo WLTP.

Un factor importante será el precio. El Nissan Sakura es el coche eléctrico más vendido de Japón. Su precio base se sitúa en los 2,59 millones de yenes, unos 16.000 euros al cambio de moneda. Se espera que BYD ofrezca su key-car eléctrico en una franja ligeramente inferior, en torno a los 2,5 millones de yenes, unos 15.000 euros tras la conversión. Se espera que el proyecto se concluya antes de cerrar el año. Los key-car empiezan a sonar con cada vez más fuerza para Europa. Fabricantes como Stellantis y Renault están promoviendo un cambio de normativa para favorecer el desarrollo de coches pequeños. Las categorías inferiores se mueren ante un exceso de regulación que les resta rentabilidad.