Las baterías de un coche eléctrico siguen siendo el componente más caro de este. La guerra por el futuro de la movilidad eléctrica es en realidad una guerra por las baterías. Si los precios se mantienen altos el coste de los coches seguirá siendo inaccesible para muchos millones de clientes en todo el mundo. En cambio, si el precio de las baterías se reduce, cada vez más conductores podrán dar el salto a la movilidad libre de emisiones. Los datos demuestran que las baterías son cada vez más baratas. En 2024 los precios sufrieron la mayor caída desde 2017. Muchos estudios y proyecciones anuncian más caídas.
Elon Musk fue el primero en entender este principio que hoy se considera básico. Tesla produce sus propios módulos y por lo tanto es capaz de jugar con los precios de venta. La compañía vende sus productos a un precio imbatible gracias en gran medida a que el precio de las baterías se mantiene controlado y lo más bajo posible en todo momento. Otros fabricantes de automóviles se han dado cuenta de este importante hecho, como Volkswagen. Los alemanes quieren ensamblar sus propias baterías, aunque todavía no están teniendo el éxito que esperaban.

Las baterías LFP son las que más han crecido en el último año
Mientras la contienda energética avanza, un estudio de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), anuncia que el precio de las baterías sigue cayendo. Un 20% en 2024. Se trata de la caída más notable desde hace siete años. Los precios son similares a los de finales de 2015, aunque la demanda del litio para baterías se ha multiplicado por seis desde esa fecha. Los bajos precios de los minerales críticos se deben a los excedentes actuales, lo que es una buena noticia para los costes de los vehículos eléctricos en el corto plazo, pero puede que no sea tan positivo a largo plazo.
En un futuro la situación podría revertirse. Las tarifas de las baterías cayeron en todo el mundo, aunque China domina una vez más las estadísticas. Algo que no supone ninguna novedad. Los chinos siguen teniendo la mayor ventaja competitiva del sector energético, tanto en desarrollo como en cadena de producción y suministro. El país cuenta con los dos grandes líderes mundiales, CATL y BYD. Sólo China es responsable del 80% de la producción de baterías para coches eléctricos. La reducción de costes ha tenido otra consecuencia paralela. Si bien la producción es cada vez mayor, la rentabilidad cae ante una competencia feroz.

Curiosamente, el estudio también señala que las baterías híbridas son más caras que las baterías de los vehículos eléctricos, a pesar de ser significativamente más pequeñas. «El precio de estos componentes se distribuye entre menos celdas de batería, lo que aumenta el precio por kilovatio-hora», afirma el estudio. En 2024, el precio promedio de una batería de 20 kWh de un híbrido enchufable fue prácticamente el mismo que el de una batería de un coche 100% eléctrico con batería de 65 kWh. Otra noticia interesante es el considerable aumento de las baterías LFP. En 2024 representaron casi el 50% del mercado total. Su uso en Europa creció un 90% en un sólo año. Gracias al impulso del fabricante BYD.