La Unión Europea está allanando el terreno para cambiar la normativa que afecta a los coches más pequeños del mercado. Muchos fabricantes han lanzado la voz de alarma por una categoría abocada a la desaparición por culpa de las exigentes normativas europeas. Aunque todavía no se ha establecido un marco legal, muchos fabricantes ya piensan en esa nueva categoría que fomentará la llegada de coches pequeños, baratos y, principalmente, eléctricos. Tal es así que Citroën se plantea recuperar un modelo del pasado para convertirlo en su coche eléctrico más barato de todos.
La marca francesa está valorando regresar al segmento A con un eléctrico urbano por apenas 17.000 euros, en caso de que la futura categoría normativa “E-car” finalmente reciba luz verde en Europa. Así lo ha reconocido el propio CEO de la marca, Xavier Chardon, durante una entrevista a un importante medio inglés. Esta nueva especialidad fijada por Bruselas abrirá la puerta a que la marca recupere su presencia en el segmento más pequeño del mercado. Una apuesta clara por la movilidad asequible, frente al abandono del mercado de urbanos baratos que muchas firmas han llevado a cabo en los últimos años.

Citroën no quiere reinterpretar el mítico 2CV
El origen del plan se encuentra en la propuesta regulatoria de la UE conocida como “E-car”, destinada a relajar algunos requisitos técnicos y de cumplimiento para vehículos urbanos de bajo coste, lo que permitiría fabricar coches eléctricos de bajo precio de forma rentable. Chardon ha señalado que el nuevo modelo no pretende ser una reinterpretación estética del mítico Citroën 2CV, aunque reconoce que el espíritu de “movilidad popular y asequible” que caracterizó al histórico modelo sigue inspirando el proyecto.
El diseño será moderno, eficiente y adaptado a los estándares actuales, sin recurrir a formas retro ni nostálgicas. Todo lo contrario a la estrategia que está siguiendo Renault con el Renault 5 y el futuro Renault Twingo. Desde la desaparición del C1 en 2022, junto a su hermano mellizo, el Peugeot 108, la gama de Citroën ha estado huérfana de un urbano de bajo coste. El escalón más bajo lo ocupa ahora el compacto del segmento B, Citroën ë-C3, considerablemente más grande que el C1. Eso si no tenemos en cuenta al Citroën AMI, la solución más urbana de todas, aunque no está considerado como un coche, sino como un cuadriciclo.

La llegada de este posible urbano eléctrico representaría una novedad en un mercado europeo donde los vehículos asequibles han sido progresivamente eliminados, sobre todo por la irrupción de normativas medioambientales y los elevados costes de homologación. Si finalmente se aprueban las reglas de la categoría “E-car” y Citroën decide sacar adelante el proyecto podríamos ver un retorno importante de la categoría. Las marcas japonesas, con sus Key-Car tendrían muy fácil adentrarse en el mercado, al igual que BYD con su nuevo Racco.