Comprar un Tesla Model S usado puede parecer una gran oportunidad, sobre todo si se encuentra a un precio muy por debajo del que tuvo nuevo. Sin embargo, conviene saber qué elementos revisar antes de decidirse por uno de estos coches eléctricos de nivel más prémium. En el taller especializado Electrified Garage, un mecánico experto ha repasado los fallos más habituales de este modelo tomando como ejemplo una unidad del año 2016.
Un ejemplo real: la berlina de Elon Musk por menos de 16.000 euros
El coche analizado es un Tesla Model S 90D matriculado en 2016. Un vehículo que, cuando salió al mercado, costaba más de 100.000 euros, y que su nuevo propietario adquirió por menos de 16.000 euros. El vídeo de la inspección fue publicado en el canal de YouTube del creador de contenido 2Varish.

El Tesla Model S 90D es una berlina totalmente eléctrica de 4,97 metros de largo, con tracción a las cuatro ruedas, y una batería de 90 kWh. En su momento ofrecía hasta 500 kilçometros de autonomía según la marca, una potencia de 422 CV, una aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 4,4 segundos, y una velocidad máxima limitada a 250 kilómetros/hora.
Fallos habituales en el Tesla Model S 90D
Aunque cada coche usado tiene su propia historia, hay problemas recurrentes que merece la pena tener en cuenta. Estas son las principales advertencias del mecánico Chris, especializado en Tesla:
La suspensión es uno de los puntos más críticos. El elevado peso del coche, debido a la batería, junto con un tarado más bien blando, hacen que las rótulas del eje delantero se desgasten más rápido de lo habitual. Además, si la unidad lleva suspensión neumática, las fugas en el sistema son frecuentes y pueden afectar gravemente a la estabilidad. Otro aspecto importante es el climatizador, cuya avería es más preocupante de lo que parece. No solo regula la temperatura del habitáculo, sino que también enfría las baterías para mantenerlas en su rango óptimo de funcionamiento.
En cuanto a la batería, las unidades fabricadas a partir de 2016 incorporan una evolución que ofrece mayor fiabilidad y menos problemas de degradación frente a las anteriores. En el caso del coche inspeccionado, pese a que ya había perdido la garantía oficial, la capacidad de la batería seguía siendo óptima. En esta unidad también detectaron pequeños fallos menores: problemas puntuales con la vinculación de la llave y un funcionamiento irregular del sistema de audio, ocasionado por la instalación posterior de un amplificador no original. Ambos se resolvieron fácilmente en el taller.
En definitiva, por menos de 16.000 euros, el propietario se llevó un Tesla Model S bien cuidado y sin defectos graves. Eso sí, antes de comprar un eléctrico usado como este, es recomendable realizar una revisión completa en un taller especializado para evitar sorpresas y asegurar que la unidad mantiene un buen estado general.