Esto si que es una película de terror: las 5 peores averías que pueden sufrir los coches híbridos

Los sistemas de propulsión híbridos tienen una capa de complejidad extra que da lugar a que aparezcan averías caras.

averías híbridos
Pasar por el taller puede ser más terrorífico que una noche de Halloween.
31/10/2025 13:35
Actualizado a 31/10/2025 13:35

Que algo no vaya bien en el coche y haya que pasar por el taller es algo que a nadie le hace gracia. Es una situación que para un conductor es peor que cualquier momento que pueda haber en una película de terror. Aprovechando que es Hallowen, desde Norauto han elaborado una lista con las cinco peores averías a las que se puede tener que enfrentar un coche híbrido.

Una mecánica de este tipo tiene una capa de complejidad extra que no tienen los coches con motor de combustión, ya que añaden un apartado eléctrico que cuenta con elementos específicos que son susceptibles de averiarse, en algunos casos suponiendo un coste bastante elevado.

 Una avería de 22.500 dólares en la batería de un Tesla se soluciona por 5.000 en un taller externo
La batería es la avería más cara.

Las 5 peores averías

El primer lugar de la lo ocupa la batería de alto voltaje, puesto que se trata de la operación más costosa específica para este tipo de automóviles. Reemplazarla es algo que puede llegar a superar los 6.000 euros, una cantidad por la que es posible incluso buscar un coche antiguo en el mercado de segunda mano. Suelen tener una garantía de alrededor de ocho años o 160.000 kilómetros, pero en ella ya se contempla una progresiva degradación hasta cierto punto. Por el uso y el paso del tiempo su capacidad de almacenamiento se va reduciendo, lo que reorta la autonomía eléctrica del coche, así como afecta negativamente a su rendimiento.

El segundo puesto es para el combo entre el inversor de corriente y la caja de cambios. Son los elementos que se encargan de la transición entre motor térmico y eléctrico, que en el caso de los vehículos híbridos son siempre automáticas. Esto hace que repararlas sea más cara que en el caso de una manual, lo que puede suponer una factura que llegue a superar los 4.000 euros.

Contar con una parte eléctrica de mayor importancia implica que el sistema eléctrico y el cableado sean más abundantes, lo que sencillamente multiplica las opciones de que haya algo que falle. Como se trata de un apartado tan extenso, el coste de la reparación es muy variable, pero puede ir desde los 500 a los 2.000 euros, dependiendo de si se trata de un cortocircuito, de si hay que reemplazar un elemento clave, etc.

Lo siguiente son las centralitas y los sensores, que, en caso de averiarse, lo que afecta al consumo del vehículo, así como a la seguridad (puede que los sistemas no responden como deben), puede suponer pagar entre 300 y 1.500 euros.

Por último, la caja de transferencia, solo para los vehículos de tracción a las cuatro ruedas. Si detectas síntomas como ruidos poco habituales, vibraciones que no son las normales o dificultad para cambiar entre modos de tracción, prepara la cartera. Las averías en esta pieza suelen deberse a hacer un mal uso del mecanismo de accionamiento o a no haber hecho el mantenimiento como se debe.

Consejos para evitarlas

Víctor Pardo, responsable de reparación electrónica y vehículo eléctrico de Norauto España, explica: “Hay averías que son especialmente temidas entre los conductores y ya no por su asiduidad, sino por su dificultad en la reparación y coste. Los vehículos híbridos no son ajenos y, por lo tanto, también tienen una serie de averías específicas de este tipo de vehículos que también se deberían evitar a toda costa”.

La cadena de talleres también da dos consejos para evitar en mayor o menor medida estas averías que pueden acabar siendo desastrosas. La primera es intentar acudir a centros que cuenten con especialistas en sistemas de propulsión híbridos. No es una tecnología puntera y cada vez es más común, pero ha día de hoy sigue siendo reciente y es posible que en talleres más antiguos no estén familiarizados con ella.

La segunda se centra más en el día a día: realizar revisiones periódicas del sistema eléctrico del coche. Llevarlas a cabo permite identificar posibles averías graves antes de que éstas sean insalvables. Hay que prestar atención cuando se enciende un testigo en el cuadro de instrumentos, esta medida preventiva puede ahorrar futuros quebraderos de cabeza.