No hay ninguna duda que Tesla fabrica los coches eléctricos más interesantes del mercado. Su relación calidad-precio es destacable y salvo las marcas chinas ninguna otra ha conseguido igualar sus condiciones de precio y rendimiento. Sin embargo, Tesla está perdiendo cuota de mercado en gran parte del mundo. Muchos afirman que la imagen de la marca está dañada, mientras que otros apuntan a que sus productos ya no son tan interesantes o exclusivos como antes. El precio es un factor de compra y por eso, Tesla está ultimando los preparativos para lanzar su coche más barato hasta la fecha.
Durante mucho tiempo se estuvo especulando con el lanzamiento del Tesla Model 2. Una especie de compacto eléctrico llamado a democratizar la movilidad eléctrica. Sin embargo, los de Austin rechazaron el proyecto sin dar más explicaciones. Con la caída de las ventas, el propio Elon Musk empezó a especular con la llegada de una versión barata de su modelo más popular con un precio estimado de 30.000 euros, tal y como citan numerosas fuentes. Se ha hablado, escrito y escuchado mucho acerca de este Model Y barato que con casi toda probabilidad se lanzará al mercado antes de que acabe el año.
Muchas pérdidas de confort, diseño y rendimiento
El problema es que reducir el precio de venta supondrá decir adiós a muchas de las atractivas características a las que Elon Musk y Tesla nos han acostumbrado a lo largo de estos años. Internamente el proyecto es conocido como E41 y ahora, un usuario habitual de X ha sido capaz de detectar la larga lista de ausencias del Model Y más barato que jamás haya existido. La unidad más barata que podemos encontrar ahora mismo a la venta cuesta, en España, un mínimo de 45.000 euros.
La lista de componentes eliminados o simplificados es extensa. En el exterior, se informa que el E41 perderá dos características distintivas de Tesla: el techo panorámico de cristal y los espejos retrovisores plegables eléctricamente. También contará con un frontal remozado, llantas de 18 pulgadas y se eliminará el sistema de iluminación que surge al abrir las puertas. Obviamente, la parte mecánica también sufrirá cambios tanto a nivel energético como dinámico con una suspensión de peor calidad. Por el momento se desconoce qué autonomía, potencia o batería integrará esta versión de bajo coste.
Seguramente, sea el cambio más notable, pero también hay novedades en cuanto al habitáculo. En el interior la reducción de costes continúa. Los detalles filtrados apuntan a un tapizado de techo de fibra de vidrio simplificado y una iluminación básica en la cabina, limitada únicamente a los pies. El asiento del conductor sólo se podrá ajustar en longitud y los ocupantes traseros perderán la segunda pantalla e incluso las salidas de ventilación. Entre otros cambios más sorprendentes destaca la pérdida del control de presión de neumáticos -un estándar de la industria- y la calefacción de la cámara trasera, pérdida sensible en climas fríos.