Que el parque de automóviles eléctricos crezca depende, en gran medida, de que la infraestructura de carga se amplíe para poder soportarlo. Sin embargo, no está creciendo al ritmo esperado y, ante la falta de puntos de carga públicos, la gran mayoría de las empresas han optado por ser ellas mismas las que los instalen para sus trabajadores.
Así lo pone de manifiesto el ‘Arval Mobility Observatory’, que ha presentado su decimoséptima edición y apunta a que más del 90% ha tomado la iniciativa en este campo.

Un 91% tienen o tendrán sus propias estrategias de recarga
Según el estudio, “las empresas españolas están soportando buena parte de la creación de la infraestructura de recarga para los coches eléctricos”. Son conscientes de que una de las principales barreras para la implementación de los vehículos eléctricos de batería es que se percibe que la infraestructura de recarga es insuficiente.
Debido a ello, el 91% ya han establecido o van a implementar sus propias estrategias de recarga. El 54% o ya tiene o va a tener en los próximos 12 meses puntos de recarga en sus instalaciones; mientras que un 43% “apoya o apoyará económicamente la instalación de cargadores domésticos para conductores de coche de empresa”.
El paso a la electromovilidad en las flotas de empresa es algo común, pero que se lleva a cabo por razones bastante variadas, aunque las que más se mención son prácticas.
Un 29% afirma que lo hace por reputación, ya que da mejor imagen a la marca. Un 27% lo hace para poder circular por las Zonas de Bajas Emisiones, algo especialmente relevante para aquellas que operan en núcleos poblacionales grandes y para la que se dedican a la paquetería, por ejemplo; y un 26% reconoce que lo hace para anticiparse a futuras políticas.
Los motivos son bastante diferentes de los que se esgrimen principalmente en Europa, puesto que las razones ambientales son las más valoradas con un 36%, mientras que en España solo es la razón en el 24% de los casos. Tampoco está entre las principales razones el ahorro de combustible, que en Europa supone el 32%, y que sería un argumento lógico en empresas que hacen cientos de miles de kilómetros al año y que invierten mucho dinero en combustible.
Más vehículos eléctricos, pero menos híbridos
El estudio también analiza la configuración actual de las flotas empresariales, así como las intenciones que tienen las compañías a corto plazo.
Según el informe “el uso actual o intención de uso de nuevas energías o tecnologías en las flotas corporativas de turismos muestra un descenso notable respecto a los resultados del año anterior, igualándose a los valores medios europeos”.
Así, el 57% de las empresas españolas y europeas ya usa energías alternativas, mientras que, en los próximos tres años, el 71% de las españolas y el 75% de las europeas (16 y 2 puntos menos, respectivamente, que en 2024) o están considerando implementar nuevas energías.
Los coches híbridos reciben tanto buenas como malas noticias: siguen siendo la opción más utilizada en la actualidad, pero es el tipo de vehículo de nueva energía que registra un mayor descenso en el uso o intención de uso en España, puesto que ha pasado del 63 al 49%.
Según las previsiones de las empresas, creen que dentro de tres años aproximadamente el 20% de sus flotas (1 de cada 5 vehículos) estará compuesta por vehículos 100% eléctricos.
En el estudio también se trata el tema de la conducción segura, que se considera uno de los restos principales de los gestores de flota, ya que en la tasa de accidentalidad anual de los usuarios de vehículos corporativos ha sido del 19% en 2024, lo que supone un aumento de un punto respecto a los resultados del año anterior.