No es ningún secreto que Nissan está atravesando una de sus mayores crisis. Los japoneses han visto caer sus beneficios en un 94% y, como es lógico, han saltado todas las alarmas. La empresa está inmersa en un delicado proceso de cambio que ha supuesto el recambio de CEO’s. Iván Espinosa está ahora al frente de la compañía y tiene ante sí una difícil tarea. Miles de despidos ya han sido anunciados y muchos más cambios se sucederán durante los próximos meses y años. Sin embargo, Nissan tiene muy claro que no puede dejar de invertir en tecnologías del futuro. Tecnologías que le permitirán recuperar el terreno perdido. Las baterías de estado sólido forman parte de esa estrategia.
Al fin y al cabo Nissan fue la precursora del cambio que hoy se produce en todo el mundo. El Nissan LEAF siempre podrá ser considerado como el primer coche eléctrico de masas. Antes incluso que Tesla los japoneses supieron adelantarse al futuro con un coche que hoy todavía sigue con nosotros. Tras esperarlo durante mucho tiempo, la tercera generación del LEAF ya es oficial. Presenta numerosos cambios. El más obvio es su transformación en un SUV compacto. El utilitario deja paso a un todocamino que tratará de revitalizar sus ventas en todo el mundo. Bajo esa nueva carrocería un sistema de baterías nuevo y actual.
Nissan no baja los brazos y espera tener las baterías listas a tiempo
Al final del último balance de resultados presentado por Nissan, donde supimos la dramática pérdida de beneficios, los japoneses escondieron un aumento considerable en el área de I+D. Una empresa que no mira y avanza hacia el futuro es una empresa muerta. Gastar es ahora mismo lo que menos quieren en Nissan, pero es necesario para la supervivencia. Las baterías de estado sólido ocupan un puesto privilegiado en el futuro de la marca. Ya en 2022, mucho antes que el resto, Nissan aseguró que iban a ser el próximo gran paso en la evolución del coche eléctrico. Por entonces, aseguraron que iban a tenerlas listas en 2028. Así seguirá siendo.
Durante la presentación internacional del nuevo LEAF, Nissan lo ha confirmado a medios extranjeros. El desarrollo sigue en marcha y no hace falta echar mucho la vista atrás para saber que los japoneses están apostando firmemente por esta tecnología. Está construyendo una fábrica para ellas, en Japón, y ya ha sido capaz de fabricar las primeras baterías, aunque no ha conseguido escalar el logro. Ese es, sin duda, el gran reto al que se enfrentan los ingenieros de la industria. Escalar la producción de baterías de estado sólido a un gran volumen de mercado es por ahora un misterio. Hay avances prometedores en la materia, pero todos los trabajos tienen un denominador común.
Todos los proyectos en marcha fijan a finales de la década como el momento del cambio. Las primeras baterías de estado sólido empezarán a utilizarse de forma común en 2028, como Nissan lleva años adelantando. Por muy dura que sea la crisis, Nissan no quiere dejar de lado un proyecto en el que ha invertido tanto y en el que tantas esperanzas están puestas. La situación de la empresa es delicada, pero hay señales que animan a ser positivos. Su equipo de I+D y el gran éxito que está teniendo en China de la mano de sus colaboradores. El Nissan N7 ya se plantea lanzar a la escena internacional tras registrar cifras de ventas excepcionales.