Para alcanzar la ansiada transición a la movilidad eléctrica es necesaria una amplia disponibilidad de coches eléctricos a precios asequibles que reemplacen a los vehículos de combustión interna en los primeros puestos de las listas de ventas. Para lograr este objetivo, es necesario un gran esfuerzo de los fabricantes para desarrollar y fabricar modelos comparables en coste y funcionalidad a los superventas mundiales como el Toyota Corolla o el Honda Civic. Acelerar este proceso es crucial para alcanzar el objetivo.
En la actualidad, dos fabricantes dominan este escenario, Tesla y BYD, pero su camino para llegar hasta donde están ha sido muy diferente. Tesla es hoy el principal fabricante mundial de vehículos eléctricos, pero BYD está recortando distancias rápidamente. Durante el último trimestre, ambos vendieron más de 400.000 unidades, con Tesla ligeramente a la cabeza: 435.059 frente a 432.603 (sin contar los híbridos enchufables de BYD).
Estrategias diferentes, ¿resultados similares?
El Model Y lleva camino de convertirse en uno de los vehículos importantes a nivel mundial. Además, Tesla cuenta con otros tres modelos en su oferta, a la venta en los principales mercados del mundo: el Model S, el Model X y el Model 3. El próximo mes se iniciarán las entregas de la esperada Cybertruck, aunque en cantidades limitadas.
Su cartera de productos se asemeja a la estrategia que en su momento adoptó BMW, con aproximadamente tres modelos principales, como la Serie 3, la Serie 5 y la Serie 7, acompañados de algunos otros de precio más accesible. Desde el principio, el Plan Maestro de su CEO, Elon Musk, se centró en que un modelo de alto precio y bajo volumen financiara el desarrollo del siguiente, que tendría un precio inferior y un mayor número de ventas. Su estrategia va, por lo tanto, de lo complejo a lo sencillo. Y Tesla está logrando su objetivo. Del Model S nacieron el Model 3 y el Model Y, y de ellos debería haber surgido el esperado Model 2.
Por otro lado, está BYD, cuya estrategia se basa en la simplicidad, al menos en términos relativos. En la actualidad, BYD destaca por ofrecer la gama mucho más diversificada. Desde el asequible BYD Seagull, cuyo precio en Europa podría estar por debajo de los 20.000 €; pasando por el BYD Dolphin, que cuesta 30.000 €; el BYD Atto 3, por menos de 40.000 €, o el BYD Seal, que no llega a 50.000 €. Pero hay más. Bajo la marca YangWang comercializa modelos de muy alta gama como el U8, que cuesta al cambio 140.000 €.
El recorrido de BYD se asemeja más al de la marca Toyota, que abarca desde los pequeños utilitarios urbanos hasta los productos más prémium de Lexus. Un ejemplo que escenifica su evolución es el del BYD Seagull que ha experimentado un crecimiento impresionante desde su lanzamiento hace unos meses, vendiendo más de 30.000 unidades en un mes en el mercado chino. Un compacto eléctrico sencillo que ha demostrado ser un éxito de ventas y que puede repetir este éxito en el mercado global.
¿Tesla ha equivocado el rumbo?
Aparte del Semi, un producto dirigido al mercado del transporte, Tesla parece haberse desviado de su rumbo con la Cybertruck, una pick-up que ha generado controversias y dudas y sobre la que el propio Musk ha afirmado que ha cavado “su propia tumba“. Es difícil determinar con certeza lo que habría ocurrido si Tesla hubiera priorizado un proyecto más modesto como el del Model 2. Si le hubiera dedicado tanto tiempo y esfuerzo como a la Cybertruck, hoy estaría ya en producción.
La limitación en el suministro de baterías se consideró uno de los principales obstáculos en aquel momento. No obstante, dado el progreso en las cadenas de suministro, es plausible considerar que un modelo de estas características podría haber sido una apuesta viable.
Una estrategia de cartera de productos más equilibrada y una hoja de ruta más conservadora para un proyecto tan ambicioso y disruptivo como el de la Cybertruck habría permitido a Tesla, posiblemente, expandir sus ventas mundiales de manera más rápida y eficaz. Aunque, en cualquier caso, otros factores podrían haber intervenido para modificar el resultado como la demanda del mercado, la capacidad de producción o la coyuntura económica.
La necesidad de los coches eléctricos asequibles
La mayoría de los vehículos eléctricos disponibles en el mercado en la actualidad tienen un precio que supera ampliamente la capacidad adquisitiva del promedio de los conductores. Esto significa que son principalmente los bolsillos más acomodados los que tienen acceso a estos vehículos. En contraste, son aquellos con menos recursos económicos quienes continúan conduciendo coches más antiguos, peor mantenidos y, en consecuencia, más contaminantes.
Si los precios de los coches eléctricos no experimentan una reducción significativa, la mayor parte de los vehículos de combustión altamente contaminantes seguirán en circulación, lo que retrasará la consecución de los objetivos de reducción de emisiones. En este escenario, la economía de escala se vuelve crucial, ya que, junto con los incentivos para la adquisición de vehículos eléctricos, representa la única vía para reducir el umbral de acceso para la mayoría de los compradores. Se necesita un enfoque integral que aborde tanto la disponibilidad como el costo para lograr una transición eficaz hacia un futuro más sostenible en la industria automotriz.
